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Siria: La reconstrucción requiere que se reevalúen las sanciones internacionales

Tras visitar Damasco, la titular de la agencia de la ONU para las migraciones afirma que son urgentes las exenciones de esos castigos para impulsar el desarrollo sirio. También destaca la pobreza generalizada y las enormes necesidades humanitarias tras casi 14 años de guerra. En tanto, un equipo de la oficina de derechos humanos viajará al país con el fin de asistir para que la transición sea inclusiva.

La situación en Siria es frágil, el 90% de la población vive por debajo del umbral de pobreza y hay una enorme escasez de productos básicos, dijo este viernes la directora general de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) en conferencia de prensa en Ginebra.

Amy Pope, quien acaba de volver de Damasco, consideró que es necesario reevaluar las sanciones internacionales para permitir la reconstrucción de Siria.

“Las exenciones de las sanciones son fundamentales para que podamos echar a andar la reconstrucción y el desarrollo, pero eso es algo que los Estados miembros deben decidir”, declaró.

Como consecuencia de las sanciones, la mayor parte de la economía siria depende del dinero en efectivo, agregó.

En algunas zonas del país, la infraestructura esencial, desde hospitales hasta escuelas, ha sido destruida o no funciona bien. Alepo, por ejemplo, quedó prácticamente destruida durante el conflicto entre 2012 y 2016, cuando más de dos millones de personas abandonaron la ciudad, detalló Pope.

“Las necesidades humanitarias van desde las más básicas -refugio, alimentos y agua potable-, hasta la compleja tarea de reconstruir una sociedad destrozada”, explicó.

Según Pope, Siria precisa todo tipo de ayuda de la comunidad internacional en vista de una pobreza generalizada tras los casi 14 años de guerra que han azotado al país, apuntó, recordando que antes de los desplazamientos masivos del último mes más de 16 millones de personas precisaban asistencia humanitaria, seis millones habían salido del país y 7,2 millones más eran desplazados internos.

Retornar prematuramente podría obligar a nuevas mudanzas

Al referirse a los sirios refugiados en otros países, indicó que si bien esas personas desean regresar, hacerlo de forma prematura “podría sobrecargar una infraestructura de por sí endeble y obligar a las familias a mudarse nuevamente”.

Asimismo, recalcó que la OIM no promueve retornos voluntarios a gran escala, sobre todo porque muchas comunidades no están preparadas para absorber el retorno de los desplazados internos y de los refugiados, y “todos los retornos deben ser voluntarios, dignos y seguros”.

Los sirios quieren saber que cuando regresen a casa, lo harán para siempre y que sus familias estarán seguras y apoyadas. Estas familias tienen mucho que considerar antes de tomar la decisión correcta. Necesitan saber a qué escuela irán sus hijos, si todavía tienen su casa o si ha sido destruida y si están a salvo, detalló.

Preparación de raciones alimentacias para distribuir en Alepo, Siria.
© PMA/Marwa Bana
Preparación de raciones alimentacias para distribuir en Alepo, Siria.

Dificultades para la distribución de asistencia

Con respecto al trabajo humanitario de la OIM en Siria, recordó que la agencia fue expulsada del país por el gobierno anterior, pero continuó prestando ayuda a través de un programa transfronterizo.

Pope agregó que hasta hace dos semanas, durante los años de guerra, la ONU en general enfrentó desafíos increíbles para satisfacer las necesidades de la población debido a numerosos obstáculos puestos en marcha por el régimen de Bashar Al-Assad. “No siempre hemos podido acceder a lugares, obtener visas o trabajar de manera efectiva”.

Un lugar de dignidad y esperanza

El secretario general adjunto para Asuntos Humanitarios -quien se encuentra en Siria completando una visita de cuatro días que incluyó Damasco, Homs, Alepo e Idlib-, subrayó los retos mayúsculos que encara el país, pero también destacó que existe un gran espacio con oportunidades.

Tom Fletcher estuvo hoy en un campamento de desplazados en Idlib, donde citó las historias de desesperación, horror y miseria en medio del conflicto que desarraigó a tanta gente en varias ocasiones durante once o doce años.

“Pero también son historias de esperanza y dignidad, porque su mensaje clave para nosotros es que si les brindamos apoyo, agua, electricidad y energía, medios de vida, si les ayudamos a construir su futuro, entonces no sólo reconstruirán sus casas, sino que limpiarán las minas y cuidarán de sus hijos”, abundó.

Fletcher escuchó el deseo de los desplazados de convertirse en exportadores de esperanza al resto del mundo, de apoyar a otros países de la región.

“Pese a todo, este no es sólo un lugar de desesperación y miseria. Este es un lugar de dignidad y de esperanza”, enfatizó.

Delegación de especialistas en derechos humanos

Por otra parte, la Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos anunció que enviará un equipo a Siria la próxima semana por primera vez en años con el fin de apoyar al personal de la ONU desplegado en ese país en cuestiones relacionadas con las garantías fundamentales.

El portavoz de esa oficina informó hoy que esa delegación también respaldará los esfuerzos para garantizar que cualquier transición sea inclusiva y dentro del marco del derecho internacional.

Es una manera de subrayar que la justicia transicional y el fomento de la confianza basada en los derechos humanos serán cruciales en el futuro de Siria, acotó Thameen Al-Kheetan frente a los periodistas en Ginebra.

“Esta es la única manera de abordar el dolor inconmensurable que han padecido personas y familias en todo el país durante décadas y de construir un futuro en el que los derechos humanos de todos los sirios sean respetados, protegidos y ejercidos por igual”, puntualizó Al-Kheetan.

El portavoz también reiteró la importancia de que las autoridades provisionales tomen medidas inmediatas para garantizar la preservación de la evidencia de crímenes y violaciones pasados, como fosas comunes, archivos y documentos de cárceles, centros de detención, ministerios y otras instituciones públicas, así como cualquier otra prueba material que pudiera ser crucial para documentar los abusos.

Los responsables deben rendir cuentas de sus acciones, de conformidad con las normas internacionales. Se debe garantizar que las mujeres, los niños y las diversas comunidades étnicas y religiosas puedan ejercer plenamente sus derechos, insistió el portavoz.