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Israel vuelve a atacar a la ONU mientras los servicios básicos del sur del Líbano están al borde del colapso
Los mortíferos ataques aéreos israelíes alcanzaron objetivos en todo el Líbano el miércoles, incluidas posiciones de la ONU en la llamada Línea Azul, provocando una nueva condena de los principales negociadores de la ONU y del personal humanitario, que advirtieron de que los servicios esenciales en el sur del país están a punto de colapsarse.
En otro grave incidente de seguridad en el sur del Líbano, una posición de mantenimiento de la paz de la ONU ha sido alcanzada «aparentemente de forma deliberada» por disparos del Ejército de Israel.
Según la Fuerza Provisional de las Naciones Unidas en el Líbano (UNIFIL, por sus siglas en inglés), a primera hora de la mañana del miércoles (hora local), las fuerzas de mantenimiento de la paz que se encontraban en una posición cerca de Kafer Kela observaron cómo un tanque Merkava israelí disparaba contra su torre de vigilancia.
Dos cámaras fueron destruidas y la torre resultó dañada.
«Una vez más vemos fuego directo y aparentemente deliberado contra una posición de UNIFIL», dijo la Misión en un comunicado.
«Recordamos al Ejército de Israel y a todos los actores su obligación de garantizar la seguridad del personal y los bienes de la ONU y de respetar en todo momento la inviolabilidad de sus instalaciones», subrayó.
Sufrimiento de la población civil
También hoy, «la aviación israelí ha vuelto a atacar la ciudad de Nabatieh, en el sur del Líbano (...) A medida que el escenario y la intensidad de los intercambios de disparos continúan ampliándose, el sufrimiento de la población civil está alcanzando cotas sin precedentes», declaró la coordinadora especial de la ONU para Líbano, Jeanine Hennis-Plasschaert, en un comunicado.
Cinco personas murieron en el ataque y se ha informado de que el alcalde de Nabatieh se encontraba entre los fallecidos, junto con un socorrista humanitario, añadió la alta funcionaria de la ONU.
Llamamiento a la diplomacia
«Las soluciones militares no aportarán ni pueden aportar seguridad a ninguno de los dos lados de la Línea Azul», insistió Hennis-Plasschaert, refiriéndose a la línea de separación entre Líbano e Israel, patrullada por la ONU, en la que varios miembros de las fuerzas de mantenimiento de la paz han resultado heridos en incidentes con las Fuerzas de Defensa de Israel en los últimos días.
«Es hora de que todos los actores implicados cesen inmediatamente el fuego y abran la puerta a soluciones diplomáticas capaces de satisfacer las necesidades de los ciudadanos y hacer avanzar la estabilidad regional», añadió.
Haciéndose eco de estas preocupaciones, el máximo responsable de ayuda de la ONU en el Líbano, Imran Riza, subrayó cómo la intensificación de los ataques aéreos israelíes en las últimas semanas ha causado «numerosas víctimas civiles, desplazamientos masivos y una gran destrucción en todo el país».
El conflicto ha expuesto a los trabajadores sanitarios y de primera línea a los ataques, continuó Riza, junto con los centros de defensa civil y los sistemas de suministro de agua. Estos se han visto empujados «al borde del colapso», dijo. «Esto debe acabar».
Punto de ruptura en Siria
En una noticia relacionada, el Programa Mundial de Alimentos (PMA) de la ONU afirmó que los sirios que han estado acogiendo a un flujo de personas que huyen de la guerra en el Líbano se encuentran ahora en un «punto de ruptura».
En un llamamiento a la ayuda internacional para hacer frente a «la creciente crisis humanitaria en Siria» relacionada con la guerra del Líbano, el director ejecutivo adjunto del PMA, Carl Skau, afirmó que unas 260.000 personas han cruzado ya a Siria huyendo de los bombardeos y de las operaciones militares terrestres israelíes.
La escasez de fondos a principios de año obligó a la agencia de la ONU a recortar la asistencia a las mismas familias que ahora ayudan a los desplazados del Líbano.
«El PMA está profundamente preocupado por el empeoramiento de la seguridad alimentaria en Siria», declaró Skau. «Más de la mitad de la población de Siria se enfrenta ya a la inseguridad alimentaria, con aproximadamente tres millones de personas sumidas en graves condiciones de hambre. Los sirios, que luchan por salir adelante por sí mismos, están interviniendo para acoger a familias que huyen de la violencia en Líbano, lo que hace aún más crítica una situación difícil.»