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El primer cementerio de glaciares revela la amenaza existencial del deshielo

Los glaciares de Islandia retroceden a tal velocidad que las generaciones futuras se preguntarán de dónde viene el nombre de esta nación insular. No es de extrañar, pues, que la tierra de los vikingos haya sido elegida para albergar el primer cementerio de glaciares del mundo, inaugurado en una ceremonia el mes pasado cerca de la capital, Reikiavik.

Coincidiendo con este poderoso y simbólico monumento a los estragos del cambio climático, en la ceremonia del 17 de agosto también se publicó la lista de 15 glaciares extintos y en peligro de extinción elaborada por la Universidad Rice de Texas, impulsora de todo el proyecto.

Según los científicos, el calentamiento global ha provocado la desaparición de miles de glaciares en todo el mundo desde el año 2000. Se prevé que al menos la mitad de estos glaciares se habrán perdido para 2100.

Investigadores de la Universidad Rice de Houston, la Oficina Meteorológica de Islandia, geólogos, glaciólogos y dirigentes gubernamentales asistieron a la ceremonia previa a lo que será el Año Internacional de la Preservación de los Glaciares, en 2025.

La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), y la Agencia Meteorológica Mundial (OMM), fueron algunos de los muchos coorganizadores del acto celebrado en Islandia.

Las lápidas, un recuerdo conmovedor

El cementerio glaciar está formado por 15 lápidas talladas en hielo por el escultor islandés Ottó Magnússon.

“Nunca antes habíamos necesitado un cementerio de glaciares”, afirma Cymene Howe, de la Universidad Rice. “Ahora sí. Y aunque estas lápidas se derretirán -como sus homólogos glaciares- esperamos que la ceremonia y las lápidas heladas sirvan de conmovedores recordatorios de que los glaciares del mundo están condenados al mismo destino si no se actúa con rapidez”.

Las lápidas se colocaron en un campo junto al mar en la península de Seltjarnarnes, junto a Reikiavik, con una espléndida vista del glaciar Snæfellsjökull a través de la bahía de Faxaflói.

Los estudiosos de la literatura mundial conocen el glaciar Snæfellsjökull por ser el punto de entrada y embarque de los protagonistas de la clásica novela de ciencia ficción de Julio Verne, Viaje al centro de la Tierra.

Aunque el glaciar Snæfellsjökull ha perdido más de la mitad de su tamaño desde finales del siglo XIX, hay muchos glaciares que están peor.

Entre los que figuran como “desaparecidos” se encuentran el glaciar Pizol, en Suiza (2019), el glaciar Sarenne, en Francia (2023), el glaciar Anderson, en Estados Unidos (2015) y el glaciar Martial Sur, en Argentina (2018).

Laguna glaciar de Jökulsárlón, en el sureste de Islandia.
Foto ONU/Eskinder Debebe
Laguna glaciar de Jökulsárlón, en el sureste de Islandia.

Seguirán más

Hace cinco años, se conmemoró la muerte prematura del glaciar Ok en Islandia en una ceremonia a la que asistieron la entonces primera ministra de Islandia, Katrín Jakobsdóttir, y la ex presidenta de Irlanda, Mary Robinson.

“Como ese glaciar tiene su placa y su fama, optamos por otro glaciar islandés para la primera entrada en la lista”, declaró al Centro Regional de Información de la ONU para Europa Occidental (UNRIC) una de las organizadoras, la glacióloga Hrafnhildur Hannesdóttir, de la Oficina Meteorológica de Islandia.

“Es probable que le sigan muchos otros, ya que no hay indicios de que las emisiones de CO2 estén disminuyendo”.

Islandia ya ha perdido 70 de sus 400 glaciares. Algunos de ellos, como el próximo candidato a la extinción, el Hofsjökull Este, son realmente muy pequeños. “Es relativamente bajo y plano y no sobrevivirá mucho tiempo”, afirma Hannesdóttir.

Aumento del nivel del mar

Según el glaciólogo islandés Thorsteinn Thorsteinsson, en una entrevista concedida al UNRIC, si todos los glaciares de Islandia desaparecieran, el agua derretida provocaría un aumento de un centímetro en el nivel global del mar, casi tanto como todos los glaciares del Himalaya.

Los glaciares del Himalaya cubren unos 40.000 kilómetros cuadrados. Sin embargo, Vatnajökull, que es el mayor glaciar de Islandia -y de hecho de Europa- al sur del Círculo Polar Ártico, cubre por sí solo 7700 km2.

Por diversas razones, se espera que “el grande”, como se le conoce, sobreviva unos tres siglos más.

En cambio, Langjökull, el segundo glaciar más grande del país, corre mayor peligro, entre otras cosas porque es mucho más bajo. Los científicos predicen que en 2100 sólo quedará entre el 10% y el 20% de su masa.

Un glaciar de montaña de Kargil, India, se reduce a causa del aumento de las temperaturas y de la disminución de las nevadas.
© UNICEF/Srikanth Kolari
Un glaciar de montaña de Kargil, India, se reduce a causa del aumento de las temperaturas y de la disminución de las nevadas.

La torre de agua de Asia

El deshielo de los glaciares del Himalaya atrae mucha más atención que el destino de los de Islandia, por razones comprensibles.

Las montañas glaciares de la región del Hindu-Kush-Himalaya han sido llamadas la “Torre del Agua de Asia”, ya que alimentan algunos de los ríos más importantes de la Tierra, como el Indo, el Ganges, el Brahmaputra y el Yangtsé, todos los cuales nacen allí en lo que es un área relativamente pequeña.

En palabras de Thorsteinsson, se consideran “un salvavidas para cientos de millones, si no miles de millones de personas”. Ya han perdido el 40% de su volumen desde finales del siglo XIX.

Se prevé que a finales de este siglo se habrá perdido el 75%.

“Pero su deshielo no significa que 2000 o 3000 millones de personas de China e India vayan a morir de sed. El Ganges, por ejemplo, tiene su origen en un pequeño glaciar, el Gangotri. La lluvia y la nieve seguirán cayendo y las aguas subterráneas y el monzón alimentarán todos estos grandes ríos”, declaró a UNRIC.

Su colega Hrafnhildur Hannesdóttir señala que el deshielo ha provocado un mayor riesgo de inundaciones y corrimientos de tierra, con un elevado y frecuente número de víctimas.

“Hay que tener una visión de conjunto, no centrarse en una sola cosa a la vez, y no debemos olvidar la subida del nivel del mar, que afectará aún a más gente”.

Crucial para la historia de la humanidad

También hay una importante dimensión cultural: “Todos estos glaciares están envueltos en nuestras vidas”, afirma Dominic Boyer, de la Universidad Rice.

“Pertenecen al tiempo que pasamos juntos, no a pérdidas futuras abstractas, sino a pérdidas reales que puedes sentir y sentirás con todos tus sentidos”.

De hecho, los glaciares también forman parte de la identidad de Islandia. La bandera nacional lleva una cruz roja perfilada en blanco con el cuerpo azul.

La cruz representa el cristianismo, el rojo el fuego de los volcanes, el azul el cielo y el mar, y el blanco el hielo y la nieve.

El lado positivo es que el blanco podría no desaparecer, aunque lo hagan los glaciares.

El magnífico Snæfellsjökull puede perder su condición de glaciar, pero su casquete blanco podría permanecer. “De hecho, el hielo glaciar de la montaña es relativamente fino y su color es grisáceo y no muy bonito”, explica Thorsteinsson.

“Pero no dejará de nevar, y de hecho es el casquete de nieve que más admiramos desde lejos y que todos los fotógrafos adoran”.

Año internacional

La Asamblea General de la ONU ha declarado 2025 Año Internacional de la Preservación de los Glaciares y proclamado el 21 de marzo de cada año Día Mundial de los Glaciares.