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El mundo necesita un sistema fiscal internacional que sea plenamente inclusivo
El sistema fiscal mundial necesita una reforma y la ONU ha respondido a la llamada con un proyecto para un nuevo acuerdo fiscal universal que sea legítimo, justo, estable, inclusivo y eficaz para cambiar el panorama financiero, y apoyar el desarrollo sostenible.
El objetivo es ayudar a las naciones de todo el mundo a impulsar el crecimiento económico y alcanzar la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y sus 17 objetivos.
A continuación, una explicación de que hay que saber sobre la convención fiscal de la ONU y lo que significa para las personas de todo el mundo:
¿Por qué es importante una nueva convención?
Una convención fiscal de la ONU representa un cambio importante en la forma en que se aborda la fiscalidad internacional, con el potencial de afectar significativamente a la arquitectura de los sistemas financieros mundiales y la forma en que el dinero de los impuestos se utiliza para el bien público.
Por ello, el Comité de las Naciones Unidas encargado de redactar el mandato de una convención marco sobre cooperación fiscal internacional concluyó la semana pasada su segunda sesión con la aprobación de un paquete de orientaciones para el nuevo tratado.
Una cooperación fiscal internacional más inclusiva y eficaz es fundamental para que los países puedan responder a los retos actuales relacionados con la fiscalidad, desde la digitalización hasta las operaciones globales de las grandes empresas multinacionales, así como para movilizar los recursos nacionales y utilizar la política fiscal para el desarrollo sostenible.
¿Qué abarcará un convenio fiscal de la ONU?
Un convenio debería, entre otras cosas, establecer un sistema inclusivo, justo, transparente, eficiente, equitativo y eficaz para el desarrollo sostenible, según el mandato del Comité Ad Hoc.
Ello incluiría la utilización de enfoques que contribuyan a la consecución del desarrollo sostenible en tres dimensiones: económica, social y medioambiental.
Además, el convenio marco debería incluir compromisos para alcanzar sus objetivos, desde la fiscalidad equitativa de las empresas multinacionales hasta la lucha contra la evasión y elusión fiscales de las personas con grandes patrimonios, y garantizar su tributación efectiva en los Estados miembros pertinentes.
También deberían elaborarse dos protocolos jurídicamente vinculantes al mismo tiempo que el convenio marco, incluido uno para abordar la fiscalidad de los ingresos derivados de la prestación de servicios transfronterizos en una economía cada vez más digitalizada y globalizada.
¿Cómo puede un tratado fiscal de la ONU ayudar al Sur Global?
Un sistema de cooperación fiscal inclusivo puede abordar adecuadamente los desafíos de fortalecer los recursos nacionales para que todos los países puedan financiar y promover políticas alineadas con los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
"Solo un sistema fiscal internacional que sea plenamente inclusivo será legítimo y eficaz", afirmó Junhua Li, secretario general adjunto de Desarrollo Económico y Social en la apertura de la sesión del Comité Ad Hoc.
Un convenio fiscal mundial pretende garantizar que las grandes multinacionales paguen los impuestos que les corresponden, independientemente de dónde operen, y se espera que genere importantes ingresos fiscales adicionales para muchos países, especialmente los del Sur Global.
"Los medios de subsistencia y el futuro de miles de millones de personas dependen de que los gobiernos puedan financiar las infraestructuras básicas, la educación, los servicios sanitarios y la acción por el clima", afirmó el secretario general adjunto Li.
¿Hay consenso sobre un tratado fiscal mundial?
No.
Los países en desarrollo lo apoyan mayoritariamente, pero algunas naciones industrializadas han expresado sus reservas, como refleja la votación celebrada el viernes en el Comité Ad Hoc.
Un total de 110 Estados miembros votaron a favor del mandato para un nuevo tratado, con 44 abstenciones y ocho naciones que votaron en contra (Australia, Canadá, Estados Unidos, Israel, Japón, Nueva Zelanda, Reino Unido y República de Corea).
¿Cuáles son los próximos pasos?
El mandato del Comité Ad Hoc se enviará a la Asamblea General, que lo someterá a votación durante el 79º periodo de sesiones del organismo mundial, que comienza en septiembre.
Si se aprueba, la Asamblea encargará la redacción de la convención y los dos protocolos a un comité de negociación dirigido por los Estados miembros, que se reunirá anualmente durante los próximos tres años. El comité de negociación presentaría entonces un texto final a la Asamblea General para su consideración en el primer trimestre del 82º periodo de sesiones, según el mandato.
Esto significaría que los 193 Estados miembros de la ONU podrían votar sobre un tratado fiscal mundial finalizado en 2027. El tratado de la ONU necesitará una mayoría de dos tercios en la Asamblea General para ser adoptado, tras lo cual se abriría a la firma y ratificación de todos los Estados miembros.