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La hambruna se instala en diversas zonas de Darfur, Sudán
Asolada por la guerra que afecta a todo el país, la devastada región del occidente sudanés registra hambruna en varios puntos, alerta el grupo multidisciplinario especializado en monitorear la falta de seguridad alimentaria, y destaca la precaria situación del campo de desplazados de Zamzam, cuya población alcanza más de medio millón de personas.
La hambruna está muy extendida en varias zonas de Sudán arrasadas por la guerra, y seguirá presente entre la población afectada al menos durante los próximos dos meses, indica un nuevo informe mundial sobre inseguridad alimentaria publicado este jueves.
El conflicto armado, que se ha intensificado durante 15 meses, “ha obstaculizado gravemente el acceso humanitario y ha empujado a la hambruna a partes del norte de Darfur, en particular en el campo para desplazados internos de Zamzam”, alertó el Comité de Revisión de la Hambruna de la Clasificación Integrada de la Seguridad Alimentaria por Fases.
El Comité -integrado por agencias de la ONU, socios regionales y organizaciones de ayuda-, clasifica la inseguridad alimentaria en cinco fases, la quinta de las cuales indica hambruna cuando al menos una de cada cinco personas o familias padece una falta extrema de alimentos y se enfrenta a la inanición.
Medio millón de personas desplazadas se refugian en Zamzam
Zamzam está situado unos 12 kilómetros al sur de El Fasher, capital del estado de Darfur del Norte, y es uno de los mayores campos de desplazados internos de Sudán, con una población que se ha expandido rápidamente en las últimas semanas hasta alcanzar al menos las 500.000 personas.
“La magnitud de la devastación provocada por la creciente violencia en la ciudad de El Fasher es profunda y desgarradora”, afirma el informe.
Explica también que los enfrentamientos persistentes, intensos y generalizados han obligado a muchos residentes a buscar refugio en campos de desplazados, donde los servicios básicos son escasos o inexistentes, agravando la situación humanitaria.
El documento estima que alrededor de 320.000 personas han sido desplazadas desde mediados de abril en El Fasher, y que de 150.000 a 200.000 de ellas se han trasladado a Zamzam en busca de seguridad, servicios básicos y alimentos desde mediados de mayo.
El conflicto y la falta de acceso humanitario impulsan la hambruna
“Las principales causas de la hambruna en el campo de Zamzam son el conflicto y la falta de acceso humanitario, dos factores que pueden solucionarse de inmediato con la voluntad política necesaria”, apunta el Comité.
Las restricciones al acceso humanitario, incluidos los impedimentos impuestos por las partes activas en el conflicto, han limitado gravemente la capacidad de las organizaciones especializadas de ampliar la asistencia a la población necesitada.
La hambruna empeorará
El Comité advierte de que las condiciones de hambruna “empeorarán y se prolongarán aún más si el conflicto continúa y no se permite el acceso humanitario y comercial pleno”.
El informe contiene las últimas evaluaciones del hambre en Sudán, pero en las publicaciones anteriores el Comité había alertado repetidamente de una hambruna inminente a principios de este año.
El Comité proyecta un empeoramiento de la situación al menos hasta octubre a causa de la continua falta de acceso a los alimentos, un mayor riesgo de enfermedades infecciosas y un acceso muy limitado a los servicios de atención médica y nutrición.
Al ser el conflicto el principal propulsor de la hambruna, el informe recomienda trabajar exhaustivamente con las partes implicadas para reducirlo o resolverlo.
“El cese de las hostilidades junto con el restablecimiento sostenido del acceso humanitario son esenciales para mitigar el deterioro de la seguridad alimentaria, la nutrición y las condiciones de salud que enfrentan las poblaciones en la localidad de El Fasher y en todo Sudán”, enfatizó el Comité.
Más enfermedades en el horizonte
Además, adelanta un mayor riesgo de enfermedades transmitidas por el agua, la posibilidad de un brote de sarampión debido a la baja cobertura de vacunación, y una mayor incidencia de malaria asociada con la temporada de lluvias.
Para evitar esas calamidades, el Comité recomendó, entre otras cosas, que las partes en conflicto detengan de inmediato cualquier ataque a hospitales, grupos de ayuda e infraestructura civil y que garanticen rutas de acceso sin trabas hacia y desde los estados del Gran Darfur para los actores humanitarios y comerciales.