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La población mundial llegará a un máximo de 10.300 millones en este siglo

La población seguirá creciendo para alcanzar su cumbre a mediados de la década de 2080 y luego empezar a contraerse y cerrará el siglo con un 6% menos de lo que se preveía hace una década, dice un nuevo informe de la ONU. El titular de la ONU reconoce avances en materia de los derechos reproductivos de la mujer, pero los considera desiguales e inestables.

La población mundial asciende actualmente a 8200 millones de personas y crecerá durante los próximos sesenta años, alcanzando su nivel máximo a mediados de la década de 2080 con unos 10.300 millones de personas, publica este jueves la ONU en su informe anual de perspectivas de población.

Elaborado por el Departamento de Asuntos Económicos y Sociales (DESA), el estudio señala que tras llegar a su marca más elevada, la población comenzará a disminuir para ubicarse alrededor de 10.200 millones a fin de siglo, un 6% o 700 millones de personas menos de las que se proyectaban hace una década.

La publicación destaca el gran cambio de las tendencias demográficas en los últimos años.

El titular de DESA, Li Junhua, comentó que en algunos países, la tasa de natalidad es más baja de lo que se esperaba y que se registran descensos ligeramente más rápidos en algunas regiones de alta fertilidad.

Menos población, mejor esperanza para el medio ambiente

“Llegar a un pico de población más temprano y más bajo de lo que se estimaba es una señal esperanzadora”, afirmó Junhua, y abundó que eso podría significar una menor demanda global de bienes y servicios y, consecuentemente, una reducción de los impactos ambientales causados por el consumo humano.

Pero esto no quiere decir que no haya necesidad de reducir el impacto promedio atribuible a las actividades de cada persona, aclaró.

Disminuye la fertilidad

DESA atribuye a varios factores la cima demográfica adelantada, entre ellos los niveles más bajos de fertilidad en algunos de los países más grandes del mundo, especialmente China. Además, las mujeres a nivel mundial tienen en promedio un hijo menos que en 1990.

La media de nacimientos vivos por mujer en más de la mitad de los países es inferior a 2,1 -el nivel necesario para que una población mantenga un tamaño constante durante a largo plazo sin migración-, y casi una quinta parte de los países -incluidos China, Italia, la República de Corea y España-, tienen ahora una fertilidad “ultrabaja”, con menos de 1,4 nacimientos vivos por mujer.

El informe cita que China, Alemania, Japón, y Rusia se cuentan entre los 63 países donde el tamaño de la población alcanza en 2024 su punto máximo. Se calcula que la población total de este grupo disminuirá un 14 % en los próximos treinta años.

Para otros 48 países como Brasil, Irán, Turquía y Vietnam, se prevé que la población llegue a su máximo entre 2025 y 2054. En los 126 países restantes -incluidos India, Indonesia, Nigeria, Pakistán y Estados Unidos-, la población aumentaría hasta 2054 y llegaría al pináculo en la segunda mitad del siglo o más tarde.

La República del Congo, Níger y Somalia duplicarían su población entre 2024 y 2054.

"En los países con baja fecundidad, ofrecer permisos parentales, flexibilidad laboral, guarderías asequibles y atención a las personas mayores, así como promover la igualdad de responsabilidades en el hogar, puede impulsar la participación laboral femenina, apoyar a las familias y aumentar la seguridad económica para todos", dijo a este respecto el subsecretario general de Desarrollo Económico de Desa, Navid Hanif, durante la presentación del informe. 

Persisten los embarazos adolescentes

El estudio subraya que los embarazos precoces siguen siendo un desafío, sobre todo en los países de renta baja. En 2024, 4,7 millones de bebés, o un 3,5% del total mundial, nacieron de madres menores de 18 años.

Los autores del informe llaman a invertir en la educación de los jóvenes, en particular de las niñas, y a aumentar las edades del matrimonio y la primera maternidad en países donde es común que ocurran a edad temprana con el fin de mejorar la salud, la educación y la participación de las mujeres en el mercado de trabajo.

Retrasar la maternidad también contribuiría a desacelerar el crecimiento demográfico y a reducir la escala de las inversiones necesarias para lograr el desarrollo sostenible sin dejar a nadie atrás.

Mayor esperanza de vida

En las últimas tres décadas, las tasas de mortalidad han disminuido y la esperanza de vida ha aumentado significativamente.

Después de una breve disminución durante la pandemia de COVID-19, la esperanza de vida al nacer en todo el mundo se incrementa de nuevo, llegando a los 73,3 años en 2024; durante la pandemia había bajado a 70,9. Para finales de la década de 2050, más de la mitad de las muertes mundiales ocurrirán a los 80 años o más.

Un cambio notable en la demografía será que las personas de más de 65 años superarán a los menores de 18 años para fines de la década de 2070, en tanto que habrá más gente mayor de 80 años que bebés menores de un año a mediados de la década de 2030. 

Derechos de la mujer

Por su parte, el Secretario General de la ONU reconoció los avances en los ámbitos de la salud sexual y reproductiva y los derechos reproductivos de la mujer, haciendo referencia a un mayor acceso a anticonceptivos modernos y la disminución del 34% de las muertes maternas desde el año 2000.

António Guterres recalcó, sin embargo, que los progresos han sido desiguales e inestables, y calificó como “indignante” que cada día mueran unas 800 mujeres durante el embarazo o el parto, la inmensa mayoría de ellas en países en desarrollo.

Guterres hizo referencia a la financiación, e instó a los países a que “aprovechen al máximo” la Cumbre del Futuro que se celebrará en septiembre de 2024 para liberar capital asequible para el desarrollo sostenible. 

El titular de la ONU también hizo referencia al lema del Día Mundial de la Población de este año, invertir en la reunión de datos, la cual es crucial para entender los problemas, encontrar soluciones idóneas e impulsar el progreso.