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Gaza: El sistema de salud, al borde de la catástrofe por falta de combustible

La grave escasez de ese bien esencial anuncia interrupciones inminentes en los servicios sanitarios en la Franja de Gaza, informa la agencia mundial de salud, que al igual que otros organismos humanitarios debe tomar “decisiones imposibles”, según palabras de su director. “No podemos repetirlo lo suficiente: Gaza no pueden perder más hospitales”, subraya Tedros Adhanom Ghebreyesus.

La falta de combustible representa un riesgo “catastrófico” para el sistema de salud de Gaza, afirmó este viernes la Organización Mundial de la Salud (OMS), mientras los bombardeos israelíes continúan golpeando la Franja de Gaza pese a las informaciones sobre nuevas conversaciones de alto el fuego entre Israel y Hamas.

De acuerdo con esa agencia especializada de la ONU, la grave escasez de combustible se traduce en nuevas interrupciones en los servicios sanitarios de ese territorio palestino asediado.

La agencia informó que los cortes de electricidad afectan las unidades de neonatología, diálisis y cuidados intensivos  de los hospitales, poniendo vidas en peligro.

Además, señaló que hay heridos que mueren porque las ambulancias sufren retrasos.

El director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, indicó que el miércoles de esta semana entraron en Gaza 90.000 litros de combustible, y agregó que sólo el sector sanitario necesita 80.000 litros diarios y hacen falta 70.000 más para que haya agua y saneamiento.

Decisiones imposibles

Esta grave carencia obliga a los organismos humanitarios a tomar “decisiones imposibles”, lamentó Tedros, y explicó que los médicos deben hacer un triaje para determinar las urgencias más críticas.

En este sentido, el director de la OMS instó nuevamente a Israel a reabrir el cruce de Rafah, por donde entraba la mayor parte del combustible.

Por ahora, las cantidades limitadas de combustible se asignan a “hospitales clave”, como el Centro Médico Nasser, el Hospital Al-Amal en Khan Younis, y un hospital de campaña kuwaití en Rafah. También se proporcionó combustible a 21 ambulancias gestionadas por la Media Luna Roja Palestina para “evitar un cierre total de los servicios”, detalló Tedros.

Debido a esta escasez, el Hospital Europeo de Gaza en Khan Junis está fuera de servicio desde el pasado martes.

No se pueden perder más hospitales

Tedros sostuvo que la pérdida de otros hospitales en la Franja sería catastrófica. “No podemos repetirlo lo suficiente: Gaza no pueden perder más hospitales”, insistió.

Para preservar y proteger los escasos equipos y suministros médicos, la OMS apoyó el miércoles el traslado de camas de hospital, equipos de quirófano, máquinas de anestesia y otros equipos médicos importantes aún en funcionamiento desde el Hospital Europeo de Gaza.

“Como informamos a principios de esta semana, los pacientes y el personal sanitario se vieron obligados a abandonar el hospital para refugiarse debido a las órdenes israelíes de evacuación, y el hospital dejó de funcionar el 2 de julio”, recordó el responsable de la OMS, y recalcó que se deben tomar medidas para restablecer el funcionamiento del nosocomio.

Una panadería de Gaza apoyada por el PMA.
© PMA
Una panadería de Gaza apoyada por el PMA.

Panaderías

El combustible se utiliza para generadores de hospitales, así como para vehículos humanitarios y unidades de desalinización y panaderías, algunas de las cuales funcionan con la ayuda del Programa Mundial de Alimentos (PMA).

Esas panaderías atienden a 1,8 millones de palestinos atrapados en medio de la Franja después de haber sido desplazados varias veces.

Durante la ofensiva de Rafah, la escasez de combustible forzó el cierre de panaderías durante un tiempo, hasta que el PMA pudo proporcionárselos nuevamente, junto con harina, sal y levadura.

Los trabajadores humanitarios subrayaron que si la escasez de combustible persiste, las panaderías también corren el riesgo de cerrar sus puertas, exacerbando una situación de por sí desastrosa.

Refugiados a la orilla del mar

A medida que continúa el desplazamiento generado por los bombardeos y las órdenes de evacuación israelíes, las familias palestinas se ven forzadas a establecerse en zonas cada vez más pequeñas y superpobladas. En Nuseirat, por ejemplo, en el centro de la Franja de Gaza, el continuo desplazamiento forzado significa que quedan muy pocas zonas donde las familias puedan asentarse.

Según la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA), esto obliga a los desplazados internos a construir refugios en la orilla del mar. Esas personas usan el agua del mar para bañarse, asearse e incluso beber.

“Los habitantes de Gaza se ven obligados incluso a “construir muros de arena para protegerse de la marea”, dijo la portavoz de UNRWA, Louise Wateridge.

En términos más generales, la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) señaló que el 90% de los gazatíes han sido desplazados al menos una vez. La Franja está prácticamente “dividida en dos”, con bloqueos que limitan no sólo el movimiento de las personas desplazadas que buscan refugio, sino también el de los trabajadores humanitarios que intentan ayudar a los civiles que lo necesitan desesperadamente.