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Las guerras y las inundaciones alimentan el desarraigo de millones de personas
Desde que comenzó el conflicto, 10 millones de personas han huido de sus hogares en Sudán, y muchas se han desplazado varias veces en busca de seguridad, tras un cóctel de guerra e inundaciones que han dejado a otros atrapados e incapaz de huir de desastres naturales y la violencia causada por el hombre.
Millones de personas se han visto obligadas a abandonar Sudán a medida que la brutal guerra civil sigue extendiéndose, incluida la ciudad de Sinja, al sur de la capital, Jartum, donde el personal humanitario de la ONU informó el martes de que ya han huido más de 55.000 personas.
La Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) ha revisado su llamamiento inicial de 1400 millones de dólares a 1500 millones para proporcionar ayuda vital a las personas obligadas a abandonar Sudán.
Ewan Watson, jefe de Comunicación Global de ACNUR, declaró que la financiación permitiría asistir y proteger durante los próximos seis meses a 3,3 millones de personas obligadas a huir de la violencia y de “condiciones cercanas a la hambruna”.
“Por horrible que sea, no se trata sólo de hambruna, se trata de violaciones brutales de los derechos humanos, se trata de inundaciones que este año se espera que sean las peores en muchos años, y eso no sólo dificulta la entrega de ayuda humanitaria, sino que significa que la gente está atrapada donde está con poca ayuda y sin poder huir.”
Una guerra brutal
La guerra en Sudán comenzó hace 14 meses, cuando los ejércitos rivales de las Fuerzas Armadas Sudanesas (SAF) y las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) se enfrentaron tras el aumento de las tensiones relacionadas con la transición a un gobierno civil.
Según ACNUR, miles de personas abandonan Sudán “cada día, huyendo de la violencia brutal y los abusos, la muerte, la interrupción de los servicios y el acceso limitado a la ayuda humanitaria”, además de la hambruna que se avecina.
Saqueo y anarquía
Haciéndose eco de estas preocupaciones, la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), declaró que decenas de miles de personas habían sido desplazadas en los últimos días tras los enfrentamientos entre las SAF y las RSF en Sinja, en el estado suroriental de Sennar.
“Hay informes de que hombres armados saquearon casas y tiendas y ocuparon edificios gubernamentales”, dijo la portavoz Vanessa Hugenin.
Hugenin destacó la inseguridad adicional en Abu Hujar y la cercana Ad Dali, y señaló que la gran mayoría de las personas desarraigadas por la violencia se estaban desplazando hacia el este, hacia el vecino estado de Gedaref.
“Nosotros y nuestros socios humanitarios en Gedaref nos estamos preparando para la llegada de personas desplazadas por los enfrentamientos en Sinja, con suficientes alimentos y suministros de nutrición a mano para satisfacer las necesidades de decenas de miles de personas”, dijo.
Obligados a recortar las raciones
Con fondos adicionales, ACNUR planea reforzar la asistencia a los refugiados y a las comunidades de acogida en Chad, Egipto, Etiopía, Libia, República Centroafricana, Sudán del Sur y Uganda.
Hasta ahora sólo se ha recibido el 19% de los fondos necesarios para la respuesta de la agencia de la ONU a los refugiados, lo que significa que ha habido que “recortar drásticamente” las raciones de alimentos, dijo Watson.
Por ejemplo, en la República Centroafricana, 24.000 refugiados “siguen sin recibir ningún tipo de ayuda humanitaria”, mientras que 180.000 recién llegados a Chad siguen esperando a ser reubicados lejos de las zonas fronterizas, señaló.
En Egipto, casi 75.000 niños refugiados no están escolarizados, mientras que, en Sudán del Sur, los campos y asentamientos de refugiados están gravemente superpoblados.
“Los países vecinos han mostrado una gran solidaridad al acoger a quienes huyen de la guerra, pero los servicios de las comunidades de acogida siguen desbordados, lo que dificulta enormemente que los refugiados se asienten, se ganen la vida y reconstruyan sus vidas”, afirmó Watson.
De los 10 millones de personas que han huido de sus hogares en Sudán desde que comenzó el conflicto, casi dos millones han llegado a los países vecinos, de los que 7,7 millones son nuevos desplazados internos y 220.000 refugiados se han reasentado por su cuenta dentro del país.