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Esperar las declaraciones oficiales de hambruna antes de actuar es sentenciar a muerte cientos de miles de personas
Millones de personas se encuentran al borde de la inanición mientras el conflicto hace estragos en muchos rincones del mundo, especialmente en Gaza y Sudán, donde se necesita una acción urgente. El mundo debe alimentar a las personas en lugar de las maquinarías de guerra, asegura el responsable de coordinar la ayuda humanitaria de la ONU.
"La guerra está empujando a millones de personas al borde de la inanición. Sólo los tecnicismos impiden que se declaren hambrunas, pues la gente ya se está muriendo de hambre", afirmó el coordinador de Ayuda de Emergencia de la ONU, Martin Griffiths.
“Esperar a una declaración oficial de hambruna antes de actuar sería una sentencia de muerte para cientos de miles de personas y un ultraje moral”, añadió.
Mientras las principales economías del Grupo de los Siete (G7) se preparan para reunirse el jueves, Griffiths pide a los líderes del mundo en desarrollo que utilicen inmediatamente su influencia política y sus recursos financieros para apoyar a las organizaciones de ayuda en sus esfuerzos por llegar a todos los necesitados.
El G7 está formado por Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido. El responsable de Asuntos Humanitarios de la ONU afirmó que deben ejercer su influencia para impedir que esta “lacra evitable” se cobre la vida de civiles inocentes.
Elegir entre la inacción y el olvido
En el último informe sobre los focos de hambre, la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y el Programa Mundial de Alimentos (PMA) advierten de que la inseguridad alimentaria aguda empeorará entre junio y octubre de 2024 en 18 focos de hambre.
Si bien se requiere una atención urgente en varios focos en los que se cierne la inanición, entre ellos Haití, Malí y Sudán del Sur, la acción inmediata es especialmente crítica en Gaza y Sudán, asolados por la guerra.
“En ningún lugar está tan clara la disyuntiva entre la inacción y el olvido como en Gaza y Sudán”, afirmó Griffiths el miércoles.
Se espera que la mitad de la población de Gaza, casi un millón de personas, se enfrente a la muerte y el hambre a mediados de julio, según el jefe de socorro de la ONU.
Mientras tanto, en Sudán, al menos cinco millones están al borde de la inanición. Las comunidades de más de 40 focos de hambre corren un alto riesgo de caer en la hambruna durante el próximo mes, incluidas las zonas devastadas por la guerra de Aj Jazirah, Darfur, Jartum y Kordofán.
Tanto en Gaza como en Sudán, la violencia, las restricciones inaceptables y la financiación insuficiente impiden a los trabajadores humanitarios prestar la ayuda necesaria para salvar vidas.
“Esto debe cambiar: no podemos permitirnos perder ni un minuto”, afirmó Griffiths.
El papel del G7
Aunque la ayuda humanitaria contribuirá a contrarrestar la hambruna masiva, no es la solución definitiva al problema. Según Griffiths, eso depende de que el G7 esté dispuesto a poner sobre la mesa su influencia política y sus recursos financieros.
Sin embargo, por encima de todo, “el mundo debe dejar de alimentar las máquinas de guerra que están matando de hambre a los civiles de Gaza y Sudán”, afirmó Griffiths andtes de añadir: “Ha llegado el momento de dar prioridad a la diplomacia que devolverá a la gente su futuro, y mañana, el G7 está al timón”.