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La gestión urbana sostenible es un mecanismo de supervivencia del ser humano
La urbanización bien planificada y gestionada puede transformar el desarrollo ambiental sostenible. Países como México han implementado varias acciones para combatir las cargas ambientales, poder sostener las infraestructuras urbanas y mantener las zonas naturales protegidas. Hoy, más avance y ejecución es necesario para que los procesos de urbanización sean lo más eficientes posibles.
Los territorios ya no tienen la misma capacidad de resistir las cargas ambientales que hoy tenemos, por ello gestionar las ciudades de manera sostenible ambientalmente se ha convertido en un mecanismo de supervivencia para el ser humano.
En conversación con Noticias ONU, Roman Meyer, titular de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (SEDATU) del Gobierno de México y presidente de la Comisión de ONU Hábitat, cuenta cómo el país está encarando este reto, garantizando el acceso efectivo al territorio de bienestar y a un desarrollo urbano ambiental.
Meyer, que viene de participar en México en una reunión sobre la cuestión en la que estuvieron 12 países de la región, señala que una gestión urbana ambiental sostenible se refiere a que el crecimiento urbano tome en consideración, hoy en día, cuáles son esas zonas que no se deben de urbanizar; por ejemplo: bosques, manglares o mantos acuíferos. Todos esos espacios que no se deben habitar o no deben tener actividad urbana y humana.
“Posteriormente a las zonas periféricas, a las zonas urbanas, cuáles deberían ser los usos de suelo en esas regiones que sí permiten ciertas actividades, como las agropecuarias, en relación a la capacidad de carga de los territorios, entendiendo cuánta agua se puede utilizar en esos territorios, cuánto se debe utilizar para producción agropecuaria, y cuánta se requiere para las actividades humanas.”, agregó.
Desde el punto de vista de la SEDATU y del Gobierno federal, primero se tiene que contemplar el territorio para que a través de los programas regionales, estatales y municipales se definan los usos de suelo, entendiendo que, en el caso mexicano, es una atribución municipal. Los municipios también están obligados a tomar las leyes ambientales y la ley de asentamientos humanos.
Como ejemplo, Roman Meyer mostró una de las obras en que Mexico ha implementado un desarrollo urbano ambiental: el Parque Bicentenario ubicado en Ecatepec, Estado de México, el cuál fue visitado por los representantes de ONU-Hábitat.
“El Parque Bicentenario en Ecatepec ilustra mucho las cosas que se están haciendo en México. Es un proyecto de 12 hectáreas en el municipio de mayor densidad del país, que tiene carencias en diferentes indicadores, como seguridad y servicios públicos”, explica.
El proyecto responde en particular a las necesidades geográficas locales de la zona, como la falta de agua. El diseño de esas 12 hectáreas contempla que el parque sea un vaso de captación de agua, que se puede captar por qué es una zona baja.
“La arquitecta encargada del proyecto buscó que con esta obra se generaran espacios públicos, que son carentes, y sirviera como un vaso captador de agua, que es un recurso carente en esa zona.”, explicó.
Roman Meyer asegura que la gestión sostenible del terreno urbano es un tema de supervivencia y de educación para entender cuáles son nuestros derechos a tener una ciudad desarrollada sostenible ambientalmente, ya que las cargas que ponemos a esos territorios y la capacidad de insumos como el agua o minerales, cada vez es mucho mayor.
Nueva Agenda Urbana
La Nueva Agenda Urbana, adoptada en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Vivienda y Desarrollo Urbano Sostenible, Hábitat III en Quito, Ecuador, es una guía global que orienta de forma clara, cómo la urbanización bien planificada y gestionada puede ser una fuerza transformadora para acelerar el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
Al respecto, el titular de la SEDATU indicó que México y el mundo están en un punto en el que ya no se debe de seguir planteando soluciones que ya se tienen, lo que se debe hacer es actuar y tomar medidas de manera inmediata para lograr combatir la problemática ambiental.
“Yo parto del hecho de ya no verlo como cumplimos o no cumplimos estos indicadores, creo que ya estamos en una necesidad del Estado para poder garantizar en el corto, mediano, largo, pero sobre todo corto plazo, que los procesos de urbanización sean lo más eficientes posibles.”
Y es que, hoy día los territorios ya no tienen la misma capacidad de resistir las cargas ambientales que tenemos.
“Antes era muy diferente la capacidad de extracción del agua, se tenía mucha más capacidad, hoy en día se ha reducido dramáticamente. Lo tenemos que ver como un mecanismo de supervivencia del ser humano en las próximas décadas. Veámoslo bajo esa óptica, creo yo, ya no es si cumplimos o no cumplimos, es como vamos a sobrevivir entendiendo que si sobreexplotamos los medios ya no hay capacidad de poder sostener las infraestructuras urbanas.”, agregó Meyer.
La urbanización y sus desafíos
Roman Meyer asegura que uno de los principales desafíos es poder tener modelos de desarrollo urbano que contemplen las necesidades que el individuo necesita para vivir adecuadamente, y que los beneficios de esas cargas o procesos de urbanización se distribuyan de la mejor forma posible; sin embargo, ese es el principal problema al que actualmente nos enfrentamos, pasar de estas ideas generales a la ruta de ejecución.
“Y creo yo que para trabajar en esas políticas el concepto ya está muy claro, no es necesario tener Foros para poder replicar las mismas ideas, que no digo que esté mal, pero tenemos que migrar ya a una política de integración. Como estado mexicano, brasileño, venezolano, o el que sea, tenemos que accionar ya no podemos estar hablando de ideas generales, ya pasó eso hace tres décadas, tenemos que ejecutarlo.”
México como ejemplo
Una clave del éxito de México en este tema es que las personas responsables en mantener un desarrollo urbano ambiental han recorrido cada uno de los municipios que abarca el territorio nacional, lo que da la apertura de conocer a fondo las principales necesidades de la población y del territorio que habitan.
“No tienes que ser urbanista, no tienes que ser arquitecto, pero tienes que conocer el territorio, tienes que escuchar a la gente, que te diga en dónde está el problema (...) es importante poder estar en territorio, no estoy en contra de la oficina, pero ante estas necesidades es la premura que tenemos.”, aseveró.
Por una vivienda adecuada sostenible
ONU-Hábitat también acompaña al Infonavit y a SEDATU para fortalecer acciones que contribuyan a materializar el derecho a una vivienda adecuada para todas y todos los mexicanos.
La vivienda adecuada está reconocida como un derecho en los instrumentos internacionales, incluidos la Declaración de los Derechos Humanos y el Pacto Internacional de los Derechos Económicos, Sociales y Culturales. ONU-Hábitat nos explica que la vivienda adecuada debe cumplir una serie de condiciones particulares antes de considerarse como tal.
Los siete elementos de un vivienda adecuada son:
Seguridad de la tenencia: Condiciones que garanticen a sus ocupantes protección jurídica contra el desalojo forzoso, el hostigamiento y otras amenazas
Disponibilidad de servicios: materiales, instalaciones e infraestructura. Contempla la provisión de agua potable, instalaciones sanitarias adecuadas, energía para la cocción, la calefacción y el alumbrado, así como para la conservación de alimentos y eliminación de residuos
Asequibilidad: El costo de la vivienda debe ser tal que todas las personas puedan acceder a ella
Habitabilidad: Son las condiciones que garantizan la seguridad física de sus habitantes y les proporcionan un espacio habitable suficiente, así como protección contra el frío, la humedad, el calor, la lluvia, el viento u otros riesgos para la salud y peligros estructurales
Accesibilidad: El diseño y materialidad de la vivienda debe considerar las necesidades específicas de los grupos desfavorecidos y marginados, particularmente de personas con discapacidad
Ubicación: La localización de la vivienda debe ofrecer acceso a oportunidades de empleo, servicios de salud, escuelas, guarderías y otros servicios e instalaciones sociales, y estar ubicada fuera de zonas de riesgo o contaminadas
Adecuación cultural: Es una vivienda adecuada si su ubicación respeta y toma en cuenta la expresión de identidad cultural
México ha logrado poco a poco contar con viviendas adecuadas, pues este fue uno de los principales objetivos de la actual administración. Roman Meyer explica que a través de un modelo de desarrollo se logró sacar del rezago habitacional a cuatro millones de personas.
“Nuestro enfoque no fue hacer la vivienda, si no mejorar la vivienda existente. Lo que tenemos que hacer es que la vivienda que está mejorarla, en la obra, pero también la infraestructura”, explicó.
La SEDATU, bajo la batuta de Roman Meyer, concluirá esta administración con 300 programas y planes de desarrollo. Estos programas no surtirán efecto si la población no los conoce, necesitamos conocerlos para poder debatirlos y mejorarlos, agregó el secretario.
“Sí es importante que este tema se vea desde la educación básica para que vayamos construyendo una ciudadanía que entienda que es un derecho y una obligación asegurar que la colonia en donde viven tenga todo lo necesario.”
En conclusión, México ha implementado varias acciones para combatir el cambio climático en las diversas regiones del país, desde desarrollo urbano, hasta mantener las zonas naturales protegidas. Ahora, se necesita seguir avanzando.
Este reportaje fue producido por Primavera Díaz para Noticias ONU.