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La Declaración Universal de los Derechos Humanos es el camino para superar la polarización
En un momento de tan poca solidaridad y tantas divisiones, el responsable de velar por las garantías fundamentales insta a apegarse a los principios de la Declaración para superar esos lastres. El titular de la ONU afirma que el documento es un faro de esperanza para la humanidad y pide un mayor esfuerzo para defender los derechos humanos.
El Secretario General de la ONU exhortó este lunes a los líderes mundiales a hacer de la Declaración Universal de Derechos Humanos no sólo una hoja de ruta para defender esas garantías, sino también para prevenir guerras, combatir el odio, reconstruir la confianza y construir un futuro sostenible para todos.
En un videomensaje para el evento de alto nivel de conmemoración de los 75 años de la Declaración, António Guterres recordó que el documento histórico constituye un “faro de esperanza” para la humanidad” y un modelo para las libertades fundamentales.
“Al celebrar este 75º aniversario, hago un llamado a todos los Estados miembros a aprovechar esta oportunidad y la Cumbre del Futuro del próximo año para fortalecer su compromiso con los valores y principios de la Declaración Universal”, señaló.
“Esforcémonos por defender y promover los derechos humanos, la libertad y la igualdad para todos. Juntos podemos hacer realidad la promesa de la Declaración Universal de Derechos Humanos”, afirmó Guterres.
El evento de dos días, que se celebra en Ginebra a partir de hoy, incluye dos sesiones clave para que las naciones anuncien compromisos tangibles en favor de la promoción y la protección de los derechos humanos.
Visiones divisorias y miopes
En la ceremonia de inauguración, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Türk, sostuvo que en un momento “de tan poca solidaridad, y de tantas visiones divisorias y miopes, [este acto de conmemoración] es una llamada a superar la polarización. Una llamada a trabajar juntos, con valentía y principios, para resolver los enormes retos a los que nos enfrentamos”.
En su discurso, Turk pidió volver al espíritu que llevó a todos los Estados miembros a adoptar la Declaración Universal y a basar las decisiones locales, nacionales y globales, en todas las áreas políticas, en el valor intrínseco e igual de cada vida humana.
Surgió de las cenizas
El Alto Comisionado recordó que el texto “surgió de las cenizas de la guerra global, trayendo esperanza” y fue escrito en “un momento de horror, después de la matanza masiva más monstruosa que el mundo haya conocido jamás, en la forma del Holocausto y con el conocimiento de que la destrucción total estaba cada vez más cerca”.
También se refirió a las raíces de la Declaración, incluidas en la revolución haitiana, “los profundos valores africanos de interdependencia, cooperación y responsabilidad colectiva” y el principio islámico del zakat, o compartir compasivamente, entre otros.
Luego citó el escenario actual: “Mi pensamiento está dirigido a los millones de personas que sufren de manera insoportable en el territorio palestino ocupado, en particular en Gaza, en Israel, Sudán, Ucrania, Birmania, y en muchos otros lugares”.
Türk reconoció que si bien la Declaración Universal ha sido una fuente de progreso social transformador en todo el mundo, en los últimos 75 años también se han visto “numerosos fracasos en la defensa de los derechos humanos”.
La universalidad de la Declaración convirtió el documento en una guía para resolver los desafíos más apremiantes del mundo, puntualizó.
Discusiones sobre el camino a seguir
Durante el evento en Ginebra se dedican sesiones para que los participantes compartan sus testimonios y perspectivas sobre el impacto de la Declaración Universal. También se llevan a cabo paneles de discusión con expertos que examinan los desafíos y consideran el camino a seguir sobre la universalidad e indivisibilidad de los derechos humanos y sobre cómo fortalecer el sistema de las garantías fundamentales.
En el segundo día del evento habrá una sesión de líderes con jefes de Estado, seguido de mesas redondas sobre paz y seguridad, tecnologías digitales, clima y medio ambiente, y desarrollo y economía.
Compromiso inquebrantable
El presidente de la Asamblea General de la ONU, Dennis Francis, presidente de la Asamblea General de la ONU, también subrayó la importancia de la Declaración Universal.
“Los derechos humanos son el hilo que nos teje... mientras conmemoramos con orgullo este aniversario, reafirmamos nuestro compromiso inquebrantable con los principios consagrados en esas garantías”, recalcó Francis en su cuenta de X, antes Twitter.
El Día de los Derechos Humanos, que se celebra cada 10 de diciembre, marca la adopción en 1948 por la Asamblea General de las Naciones Unidas de la Declaración Universal de Derechos Humanos.
Estándar común
La Asamblea proclamó el documento histórico como un “estándar común de logro para todos los pueblos y todas las naciones”, por el cual los individuos y las sociedades deberían “luchar mediante medidas progresistas, nacionales e internacionales, para asegurar su reconocimiento y observancia universales y efectivos”.
La Declaración establece una amplia gama de derechos y libertades fundamentales inherentes a todos los seres humanos. Garantiza los derechos de todas las personas en todo lugar, sin distinción de nacionalidad, lugar de residencia, género, origen nacional o étnico, religión, idioma o cualquier otra condición.
Aunque no es un documento vinculante, la Declaración ha inspirado más de 60 instrumentos de derechos humanos que en conjunto constituyen un estándar internacional de esas garantías.