Sobrescribir enlaces de ayuda a la navegación
Las muertes infantiles por emaciación son previsibles y evitables
Diferentes Gobiernos y organismos de las Naciones Unidas se reúnen en la Cumbre Mundial sobre la Seguridad Alimentaria para abordar el problema de la emaciación en el mundo. Nuevas directrices y un Plan de Acción Mundial se empezarán a implementar.
En todo el mundo, 45 millones de niños menores de cinco años sufren emaciación, lo que significa que están peligrosamente delgados para su estatura, y aproximadamente un millón muere cada año por esta causa, dijo el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, en la Cumbre Mundial sobre la Seguridad Alimentaria celebrada el lunes en Londres.
Convocada por el Gobierno del Reino Unido, la conferencia, de un día de duración, reunió a representantes de más de 20 países para apuntalar los esfuerzos con los que lograr la erradicación del hambre y acabar con la malnutrición, en línea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
Lejos del camino
En su intervención durante una sesión sobre la creación de nuevas estrategias para acabar con las muertes infantiles evitables, el director de la OMS advirtió de que el mundo está lejos de alcanzar estos objetivos.
"Para cuando hayamos terminado nuestra reunión de hoy, habrán muerto unos 900 niños por no tener alimentos o cuidados suficientes, niños cuyas vidas no han hecho más que empezar", afirmó.
De los 45 millones de menores de cinco años que sufren emaciación, más de un tercio padece la forma más grave de la enfermedad, que trae consigo un mayor riesgo de muerte.
Debilidad y emaciación
Tedros explicó que un niño con emaciación moderada o grave tiene 11 veces más probabilidades de morir que un niño no desnutrido, a menudo porque su cuerpo está demasiado débil para luchar contra la diarrea y la neumonía.
Aunque los factores que provocan la emaciación varían, en gran medida son consecuencia de la pobreza y el aumento de los precios de los alimentos, las enfermedades prevenibles, el acceso inadecuado a la atención sanitaria y la falta de agua potable, saneamiento e higiene.
"Los conflictos, la crisis climática, las catástrofes naturales y el agotamiento de los recursos aumentan drásticamente el riesgo de hambre y hambruna", añadió.
Importancia de la nutrición materna
Tedros añadió que "la desnutrición también es generacional", ya que el estado nutricional de un bebé está estrechamente ligado al de su madre antes, durante y después del embarazo.
Una nutrición materna deficiente perjudica el desarrollo del feto, lo que contribuye al bajo peso al nacer, la emaciación y el crecimiento deficiente.
Los niños que sobreviven padecerán malnutrición y mala salud durante la mayor parte de su vida, y quedarán atrapados en un círculo vicioso de pobreza, deuda y mala salud.
La alimentación terapéutica es esencial
El máximo representante de la OMS también afirmó que la desnutrición aguda grave puede tratarse con leches terapéuticas, y alimentos y fluidos de apoyo, según las necesidades del niño.
Sin embargo, aunque la cobertura del tratamiento ha aumentado, muchos niños que lo necesitan no pueden acceder a una atención suficiente. La Organización de la ONU ha añadido este año los alimentos terapéuticos listos para usar a su Lista de Medicamentos Esenciales, con lo que espera aumentar su producción y disponibilidad, y reducir los costes.
La OMS y otros organismos de las Naciones Unidas también han elaborado un Plan de Acción Mundial contra la Emaciación Infantil, al tiempo que el lunes se publicaron nuevas directrices sobre prevención y tratamiento.
Identificar a los lactantes de riesgo
Tedros adelantó parte de la información contenida en la guía, que subraya la importancia de una dieta adecuada en el hogar, el acceso a servicios sanitarios de calidad y la identificación temprana tanto de las madres necesitadas como de los lactantes en riesgo de crecimiento y desarrollo deficientes.
La OMS colabora con el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y otros organismos de las Naciones Unidas para ayudar a los gobiernos y al personal sanitario a implementar las recomendaciones y adaptarlas a las necesidades de cada país.
"Estamos viendo algunos signos alentadores de progreso. Veintitrés países han completado ya las hojas de ruta nacionales para abordar la emaciación infantil", informó.
"Ahora debemos apoyar a estos países para que conviertan sus hojas de ruta en acciones y en vidas a salvo".
Para concluir, Tedros agradeció al Reino Unido la convocatoria de la Cumbre y subrayó que las muertes infantiles por emaciación son previsibles y prevenibles.
"La OMS espera trabajar con todos ustedes para hacer de la alimentación una fuente de vida y esperanza para todos los niños de nuestro mundo", dijo.