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Sudán vive una de las peores pesadilla humanitarias tras seis meses de guerra
Los enfrentamientos entre el ejército y las fuerzas opositoras han causado 9000 muertes y 5,6 millones de desplazados, además de dejar a 25 millones de personas necesitadas de ayuda vital. El coordinador de ayuda humanitaria denuncia informes de violaciones, violencia sexual y enfrentamientos étnicos. “El mundo no puede abandonar al pueblo sudanés”, dice.
Al cumplirse este domingo seis meses de guerra en Sudán, 25 millones de personas precisan ayuda humanitaria y el saldo fatal asciende a 9000 muertos y 5,6 millones desplazados, informó la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA).
La conflagración entre las Fuerzas Armadas Sudanesas y las Fuerzas de Apoyo Rápido estalló en Jartum el 15 de abril pasado, extendiéndose rápidamente al resto del territorio sudanés con consecuencias humanitarias desastrosas.
En palabras del responsable de OCHA, “la guerra ha sumido a Sudán en una de las peores pesadillas humanitarias de la historia moderna”.
Martin Griffiths emitió un comunicado en el que destacó el continuo derramamiento de sangre y la violencia, los informes de violaciones y violencia sexual constantes, y los crecientes enfrentamientos étnicos, especialmente en Darfur.
Los trabajadores humanitarios continúan su labor y muchos pagan con su vida
Asimismo, subrayó los obstáculos que enfrentan los trabajadores de socorro para llegar a los necesitados dada la inseguridad y las restricciones. La guerra ha sido trágica también para ellos: al menos 45 han sido asesinados o detenidos desde mediados de abril, la mayoría de origen sudanés.
“Y en las zonas a las que podemos acceder, los trabajadores humanitarios sufren de falta de financiamiento, ya que este año sólo se ha recibido el 33% de los 2600 millones de dólares requeridos para ayudar a la población necesitada en Sudán”, explicó Griffiths.
Enfermedades y colapso de servicios básicos
Por otra parte, reportó que Sudán sufre un brote de cólera, con más de mil casos sospechosos en los estados de Gedaref, Jartum y Kordofan.
Agregó que los servicios básicos están colapsando, y detalló que más del 70% de los centros de atención de salud en zonas de conflicto están fuera de servicio.
Además, los combates mantienen a 19 millones de niños fuera de la escuela, lo que ha provocado un deterioro significativo de su educación y del futuro del país.
El mundo no puede abandonar a Sudán
Griffiths advirtió que esta situación no puede continuar y urgió a las partes en conflicto a cumplir con sus obligaciones en virtud del derecho internacional humanitario.
“Ha llegado el momento de que las partes cumplan los compromisos que asumieron en la ciudad de Jeddah de proteger a los civiles y permitir que llegue la ayuda humanitaria. También es momento de que renueven su compromiso de dialogar al más alto nivel para poner un fin definitivo a este conflicto”, enfatizó.
Griffiths también instó a los donantes internacionales a aumentar su apoyo: “La comunidad internacional no puede abandonar al pueblo de Sudán”, concluyó.