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En Karabakh, queda un máximo de mil armenios, reporta la misión de la ONU que visitó la región

Más de 100.000 personas huyeron de Azerbaiyán a Armenia en los últimos días y, según los testimonios recabados por la delegación de la ONU, en la zona sólo habría ahora entre 50 y 1000 armenios. Por el momento es difícil determinar si la población tiene la intención de regresar.

En la región azerbaiyana de Karabakh quedan entre 50 y 1000 personas de etnia armenia después de la huida de más de 100.000 en los últimos días, informó este lunes la primera misión de la ONU en la región en tres décadas.

El coordinador residente de las Naciones Unidas en Azerbaiyán y otros altos funcionarios de la agencia, escucharon y observaron de primera mano que al menos en la ciudad de Khankendi, no hay señales de daños en los edificios públicos.

“Es muy impresionante la forma repentina en que la población local abandonó sus hogares y el sufrimiento que la experiencia debió causarle”, señalaron los integrantes de la delegación en un comunicado.

El equipo añadió que nadie aludió a incidentes de violencia contra civiles tras el último alto el fuego.

“Según nuestros interlocutores, entre 50 y 1000 armenios permanecen en la región de Karabakh”.

No se aprecian daños

Durante su visita, la delegación viajó de Aghdam a Khankendi, también llamada Stepanakert.

En las zonas que visitaron, no hay daños visibles a la infraestructura pública, incluidos hospitales, escuelas, viviendas o estructuras culturales y religiosas. Los comercios están cerrados.

El gobierno de Azerbaiyán se prepara para restablecer los servicios de salud y algunos servicios públicos en la ciudad.

La misión no logró acceder a las zonas rurales, pero no vio señales de destrucción de infraestructura agrícola o ganado.

Ruta de Lachin

La misión siguió la carretera de Lachin hasta el cruce fronterizo, la ruta que transitaron las personas que salieron del país. Durante el trayecto no vio vehículos civiles que se dirigieran a Armenia.

El equipo dijo que “es difícil determinar en este momento si la población local tiene intención de regresar”. Pero quedó claro es que es necesario generar confianza y que esto requerirá tiempo y esfuerzo de todas las partes.

También pidió que se hagan todos los esfuerzos posibles para garantizar la protección de los derechos de la población local, y refrendó la presteza de la ONU para apoyar a quienes restan en la zona y a aquellos que deseen regresar.

Población armenia recién llegada de Karabakh a Goris, Armenia.
© OIM
Población armenia recién llegada de Karabakh a Goris, Armenia.

Situación en Armenia

En Armenia, la mayoría de los refugiados que llegaron a la ciudad fronteriza de Goris se han dispersado a otras partes del país.

La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) señaló que muchos de los que buscaron refugio en Armenia emprendieron viajes arduos, a menudo caminando durante días y albergándose en cuevas o sótanos, soportando condiciones extremadamente difíciles.

“Hay informes de desnutrición, particularmente entre los ancianos y los niños, y de enfermedades como fiebres altas y neumonía”, detalló Joe Lowry, portavoz de la OIM, en una entrevista con Noticias ONU desde Ereván, Armenia.

Salud mental, una prioridad

En estrecha colaboración con el gobierno armenio, el personal de la ONU en el país asiste en la provisión de salud mental, una prioridad para los refugiados. 

La agencia de la ONU abrió hoy dos clínicas móviles y contará con cuatro más en los próximos días.

Las clínicas tendrán psicólogos capacitados para ayudar a las personas en sus necesidades psicosociales y de salud mental inmediatas, y para remitirlos a recibir atención, según sea necesario, explicó Lowry.

Otras agencias de la ONU también continúan su respuesta. El lunes, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) entregó suministros médicos vitales, incluidos vendajes, jeringas y medicamentos.

El Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), por su parte, está entregando kits de higiene a mujeres y niñas refugiadas en varias regiones de Armenia. También capacitó a socios locales sobre cómo responder a la violencia de género y planea establecer espacios seguros donde los sobrevivientes puedan acceder a servicios médicos y de salud mental.

Nuevos servicios

Dada la afluencia de aproximadamente 100.000 personas a un país con una población de alrededor de tres millones, habrá necesidad de expandir los servicios y reforzar las instituciones educativas y los centros de salud.

“La gente necesitará nuevas escuelas, que habrá que construir; no será suficiente añadir cuatro o cinco sillas más por aula, sino que habrá que construir nuevas escuelas o anexos en las escuelas, y lo mismo ocurre con los hospitales”, apuntó Lowry.

Asimismo, enfatizó que los recién llegados necesitarán ayuda para ganarse la vida, lo que incluye empleos y nuevas viviendas. Las comunidad de acogida, por su parte, también precisará apoyo.