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Karabakh: La emergencia se agudiza con la llegada de miles de personas a Armenia
Algunas de las personas que buscan refugio sólo tuvieron unos minutos para hacer las maletas y salir en coches, autobuses y camiones de construcción. Si bien muchas expresan alivio al llegar de Azerbaiyán a Armenia, siguen traumatizadas y confundidas acerca del futuro. Hasta el momento, la cifra de refugiados supera los 93.000.
Más de 93.000 refugiados de la región de Karabakh han huido a Armenia en menos de una semana y las necesidades humanitarias están aumentando, informó este viernes la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR).
De eso número, cerca de 65.000 se han registrado ya en centros administrados por el gobierno, donde se observan largas colas.
Ansiedad y miedo
ACNUR está apoyando a los refugiados con artículos de socorro básicos, dijo la representante de la agencia en Armenia, Kavita Belani, que ha estado en el terreno desde el primer día de la crisis.
“La gente está cansada. Es una situación en la que han vivido nueve meses de bloqueo. Cuando entran, están llenos de ansiedad, tienen miedo, tienen miedo y quieren respuestas sobre lo que va a pasar”, explicó.
Belani añadió que, dado el gran volumen de llegadas, las necesidades más urgentes incluyen apoyo psicosocial, medicamentos y alojamiento para todos, así como apoyo específico para los más vulnerables: los ancianos y los niños.
El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), por su parte, detalló ante la prensa en Ginebra que de las personas que llegan, el 30% son menores de edad, muchos de los cuales han sido separados de sus familias.
Respuesta de la ONU
UNICEF trabaja con las autoridades para garantizar que la localización de los familiares se realice de inmediato y los niños puedan reunirse con sus familiares.
ACNUR está liderando la respuesta y la coordinación interinstitucional en materia de refugiados para complementar los esfuerzos del gobierno armenio, indicó Belani, y adelantó que se están ultimando los detalles de un llamamiento para obtener financiamiento.
Belani destacó que si bien el plan de respuesta tiene una duración de seis meses, la ONU está pensando en un apoyo a más largo plazo para ayudar a Armenia a integrar a los recién llegados.
A principios de esta semana, Alice Wairimu Nderitu, asesora especial de la ONU para la Prevención del Genocidio, reiteró su “gran preocupación” por la situación actual e instó a “hacer todos los esfuerzos posibles” para garantizar la protección y los derechos humanos de la población de etnia armenia que permanece en la zona y de la que se ha ido.
Rastreo de familiares
Una de las grandes inquietudes de los trabajadores humanitarios es que muchos niños han sido separados de sus familias, subrayó Regina De Dominicis, directora regional de UNICEF y coordinadora especial para la Respuesta a Refugiados y Migrantes en Europa.
“Por lo tanto, estamos trabajando para brindar, en primer lugar, apoyo psicosocial. También conversamos con los ministerios y las autoridades locales para garantizar que la localización de las familias se realice de inmediato y que las familias puedan unirse”, abundó.
Desde el domingo, las aldeas armenias cercanas a la frontera con la región de Karabakh se han convertido en campamentos improvisados de refugiados.
Algunos de los que buscaban refugio sólo tuvieron unos minutos para hacer las maletas y salir en coches, autobuses y camiones de construcción. Si bien muchos refugiados expresaron alivio por llegar a Armenia desde Azerbaiyán, siguen traumatizados y confundidos acerca del futuro, según la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja.
Cada rostro cuenta una historia.
“Fue tan evidente en todos ellos –niños, hombres, mujeres, ancianos–, las expresiones en los rostros de quienes entran en los puntos de registro lo dicen todo”, declaró Hicham Diab, funcionario de la Federación Internacional, desde Ereván, la capital de Armenia.
“Cada rostro cuenta una historia de dificultades, pero también de esperanza, al saber que están en un lugar donde pueden recibir ayuda”, dijo.
La desesperada situación se vio agravada por una explosión ocurrida el lunes en un depósito de combustible en la región de Karabakh, que mató al menos a 68 personas, según las autoridades locales.
Otras 105 personas siguen desaparecidas tras el estallido, que supuestamente se produjo mientras mucha gente hacía cola para conseguir el combustible que les permitiera salir.
“La prioridad del Comité Internacional de la Cruz Roja en los últimos días han sido las tareas para salvar vidas, incluyendo el traslado de los heridos a hospitales en Armenia para recibir tratamiento y el transporte de suministros médicos”, especificó Carlos Morazzani, gerente de Operaciones del Comité.
“La semana pasada trasladamos a unas 130 personas para recibir atención médica y después de la explosión aumentamos nuestro compromiso con todas las autoridades regionales”, precisó.