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Las madres buscadoras en México no están solas, cuentan con varios aliados
Miles de mujeres en México buscan a sus hijos desaparecidos. No es un proceso fácil, además del dolor personal, afrontan muchas veces los obstáculos burocráticos y políticos. Por eso tienen el apoyo de organizaciones de la sociedad civil y de la ONU.
La iniciativa de la ONU Spotlight, un programa global impulsado de manera conjunta por la Organización de las Naciones Unidas y la Unión Europea para la eliminación de la violencia contra la mujer y el Centro de Estudios Ecuménicos (CEE) de México, se han aliado para ayudar a las madres buscadoras, como se conoce en el país a las mujeres que buscan a sus hijos e hijas desaparecidos.
En México hay más de 100.000 personas desaparecidas desde 1964. Detrás de cada una de ellas hay una madre, una hermana, hermano o amigo buscándole. No pierden las esperanzas de encontrarlos, vivos o muertos. Sin embargo, miles de madres están desesperadas por la ola de violencia que se vive en el país en las últimas décadas.
Por ello, en mayo pasado, varios grupos de madres buscadoras, lideradas por Delia Quiroga del “Colectivo Nacional de Víctimas 10 de Marzo”, llamaron a un acuerdo de paz a nueve cárteles del crimen organizado para que cesen los conflictos armados y se erradique la desaparición forzada de personas.
El proceso es difícil, largo y peligroso, y por eso las madres buscadoras saben que no lo deben hacer solas. Buscan alguna organización que las arrope y las acompañe en el proceso.
Una de esas organizaciones es el Centro de Estudios Ecuménicos (CEE), creado hace 50 años, que es un ejemplo de las muchas asociaciones que existen en México dedicadas a ayudar a las madres hijas o hijos desaparecidos.
Espiritualidad liberadora
El ecumenismo invita a la sociedad a reconocerse como habitantes de esta Tierra y a organizarse para habitarla humanamente.
Actualmente, su labor está inspirada por los principios de luchar por un mundo en que las personas puedan regir su propia vida en común, construir la paz con justicia y dignidad, y practicar la espiritualidad de cada persona de la forma más liberadora posible.
Ana Paula García Valeriano, directora ejecutiva del Centro de Estudios Ecuménicos, explicó a Noticias ONU que el nombre de la organización está relacionado con la religión debido a que el Centro nació en un contexto de cambio social y religioso que se vivía en 1969.
Varios pastores y sacerdotes se percataron de que rezar en los templos no era suficiente para sobrellevar los cambios sociales, sino que también era necesaria la construcción de justicia y paz para ayudar a los menos favorecidos.
Desde la comunicación y la educación popular, el Centro afronta la violencia sistémica del despojo del territorio, la desaparición forzada, el contrabando de armas y la violencia contra la mujer.
“Lo hacemos desde la comunicación y educación popular. Nos sumamos a las exigencias de los derechos ambientales, de memoria, paz y verdad, para que las personas que están defendiendo su territorio, no sean despojadas; y quienes buscan a un familiar, estén arropadas. No es una organización religiosa, es desde la fe. Una fe que no solamente se limita a un templo, una iglesia, sino la fe de que las cosas van a cambiar. Desde ahí nosotras y nosotros nos movemos”, explica García Valeriano.
Colaboración con la ONU
Uno de los ejes de acción del Centro de Estudios Ecuménicos es el trabajo en conjunto con colectivos de búsqueda alrededor del país, principalmente en los estados de México y de Guerrero. Uno de sus logros más importantes es poder enseñar las herramientas de comunicación a esos grupos. Este trabajo les acercó con la iniciativa Spotlight de la ONU.
García Valeriano explica que en su colaboración con Spotlight, el logro más grande del Centro de Estudios Ecuménicos es llevar las herramientas de comunicación a colectivos de búsqueda que están empezando.
“Transmitir el mensaje es complicado al inicio, pues (las madres) van pasando por muchos momentos emocionales; primero, el enojo, después la desesperanza, la desolación, la fe y el ánimo que se construye junto con otras madres o familiares de búsqueda. Todo eso se ve reflejado en los materiales educativos”, comenta.
Se trata de que esos materiales “sean la voz de ellas (…) y que tengan un lenguaje de paz, que llame, que sume y no que repela a las personas en lo general”.
Otro logro importante es que las mujeres o madres buscadoras tengan un respaldo psicológico, siendo esto de suma importancia debido a toda la dificultad, tanto emocional, física y legal, que implica llevar a cabo la búsqueda de las o los familiares.
“Y más cuando se enfrentan a un sistema jurídico que siempre les pone una barrera, en cuanto a que no tienen un acceso a la justicia, a la verdad, y a la memoria. Estos espacios psicológicos, lo que hacen es arropar y contener para que no se desesperen, tanto. Y por otra parte, se tienen que acercar a personas que les orienten para seguir su camino jurídico. Esos logros para nosotras son muy importantes porque fortalecen a colectivos de búsqueda que van empezando. Sabemos que no van a dejar de buscar a su familiar, sin embargo lo pueden hacer desde la paz”, argumenta.
Spotlight una esperanza
La Iniciativa Spotlight es un programa global impulsado de manera conjunta por la Organización de las Naciones Unidas y la Unión Europea. Dicha alianza promueve el reconocimiento de los compromisos de los Estados en materia de erradicación de la violencia contra las mujeres y las niñas, así como la adquisición de compromisos políticos al más alto nivel para dar seguimiento a esta problemática y contribuir al cumplimiento del Objetivo de Desarrollo Sostenible número 5 de la Agenda 2030, correspondiente a la igualdad de género.
En América Latina, la Iniciativa Spotlight tiene como objetivo erradicar el feminicidio, siendo esta una de las formas de violencia de género con más impacto en la región. De acuerdo con datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, en México aproximadamente 10 mujeres al día son víctimas de feminicidio.
En este país la Iniciativa Spotlight, a través de seis grandes áreas de acción o pilares, busca abordar disminuir el riesgo para las mujeres y las niñas, modificar las estructuras sociales patriarcales, fortalecer la igualdad entre hombres y mujeres, y reducir la impunidad.
Al encontrar la convocatoria del Programa de Pequeñas Subvenciones de la Iniciativa Spotlight, el Centro de Estudios Ecuménicos, junto con las organizaciones Uniendo Esperanzas, ubicada en Ecatepec, en el estado de México; y Familiares en Búsqueda María Herrera, en Chilpancingo, en el de Guerrero, todos trabajaron en una propuesta conjunta que respondiera a necesidades puntuales de las familias.
Con el financiamiento otorgado por Spotlight, el Centro realizó una serie de talleres, encuentros intercomunitarios y grupos de apoyo psicosocial.
“Nosotras, como organización sin fines de lucro, siempre estamos buscando convocatorias que den eco a lo que estamos haciendo, y en el 2020 encontramos la convocatoria de la ONU Spotlight, vimos que era factible y empezamos todo el proceso que pide. Afortunadamente, fuimos seleccionadas y aprobadas en este proyecto. Después, en el 2022 vinieron unas personas de Europa a conocer el trabajo de Spotlight, nos invitaron y junto con las madres buscadoras, el resultado fue positivo,” comenta García Valeriano.
Todos en el Centro están muy agradecidos por el apoyo que han recibido a través de Spotlight, pues no es tan fácil encontrar este tipo de programas en México.
“Estamos apoyando a dos colectivos, uno en el Estado de México y otro en Guerrero. Es complicado encontrar apoyo económico para proyectos que tienen como objetivo fortalecer las capacidades de un movimiento social como son las buscadoras”, explica.
Por ello, aporta mucho hacer un programa formativo “para estas madres buscadoras puedan seguir su camino y no se detengan”.
García Valeriano señala que llegar a espacios que eran impensables, es donde ayuda mucho trabajar con Spotlight.
“El Estado de México es un espacio territorial muy complicado donde si tú te atreves a hacer un grafiti, te vas hasta el Ministerio Público. Entonces, tener esta conexión con Spotlight ha sido bastante bueno, las mujeres han salido, esto las fortalece mucho”, añade.
Pequeñas grandes contribuciones
La directora del Centro Ecuménico explica que a este tipo de apoyo “le llaman pequeñas sumersiones, creo que no son pequeñas, es una ayudadota, aunque es poco el monto, que creo que por eso se llaman pequeñas, pero ese monto, sea lo que sea, hace que, en este caso, las mujeres se vean orgullosas de su trabajo, de su comunicación, que se vea primero a la persona y no solamente al movimiento”.
Los recursos se centran en las personas, “y eso es muy bueno”, porqué muchas veces los donantes “quieren el caso paradigmático, y estas mujeres no lo son, porque son mujeres mestizas, que viven en el Estado de México, son trabajadoras, pero les hace falta un familiar”.
Por ello, “aunque no es el caso paradigmático que muchos o muchas buscan, para nosotras la iniciativa Spotlight es visibilizar este tipo de colectivos y este tipo de iniciativas que no son visibles para muchos y muchas.”
Gracias al Centro de Estudios Ecunémicos e iniciativa Spotlight, las madres buscadoras tienen la posibilidad de potencializarse y sentirse orgullosas de seguir en su camino, “y eso, la verdad, que no lo dan muchas fuentes de financiamiento, y eso para nosotras es super importante”, concluyó García Valeriano.