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El Alto Comisionado encomia el trabajo de los países sudamericanos en favor de la verdad y la justicia
Volker Türk recuerda las atrocidades cometidas durante las dictaduras en Argentina, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay, y destaca la entereza de esos pueblos para reconciliarse con su pasado, lograr la rendición de cuentas y establecer procesos de justicia transicional basados en la verdad, la justicia, la reparación y las garantías de no repetición. “Sus esfuerzos han sido un modelo para el mundo”, dice.
El Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos recordó este viernes las dictaduras militares y las violaciones masivas de las garantías fundamentales cometidas durante esos regímenes en Argentina, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay.
Volker Türk se dirigió en un mensaje de video a los participantes en un Encuentro Regional sobre Justicia Transicional celebrado en Santiago de Chile para subrayar la labor de la población de esos países en favor de la verdad y la justicia.
“Aplaudo el trabajo decidido de esta región en la búsqueda de la verdad, la reparación y la justicia, en particular los esfuerzos cruciales realizados por la sociedad civil, las víctimas y sus familias. Estos esfuerzos han servido de modelo para otros países de todo el mundo”, dijo.
Entre los logros de las naciones de América del Sur, resaltó la reconstrucción de las instituciones democráticas y su contribución en el combate a las desapariciones forzadas, mencionando específicamente a las organizaciones de víctimas y familiares de Argentina y Chile, que desempeñaron un papel esencial en la creación del Grupo de Trabajo de Naciones Unidas sobre Desapariciones Forzadas.
Türk afirmó que los recuerdos del pasado, incluso los más dolorosos, pueden servir de base para reconstruir las sociedades, fomentando la solidaridad y allanando el camino hacia el alivio.
Fortaleza y compromiso
En este renglón, rindió homenaje a las víctimas y supervivientes, a sus familias y a todas las personas que las han apoyado, y subrayó que la reconciliación con un pasado de atrocidades exige una gran fortaleza y un compromiso a largo plazo para recorrer un camino difícil.
El Alto Comisionado señaló que los países sudamericanos han seguido un proceso de justicia transicional sostenido en cuatro pilares: verdad, justicia, reparación y garantías de no repetición.
Pese a estos grandes avances, quedan pendientes cuestiones muy dolorosas como la falta de respuestas sobre la suerte y paradero de los detenidos desaparecidos o sobre los niños secuestrados.
Cuatro pilares
Por este motivo, continuó Türk, el mundo debe seguir respaldando a las víctimas, los supervivientes y las sociedades en su conjunto para que siga acercándose a la consolidación de los cuatro pilares de la justicia transicional.
En cuanto a la verdad, indicó que los relatos oficiales deben precisar las violaciones masivas y sistemáticas de derechos humanos perpetradas durante la dictadura y pidió que se abra el acceso inmediato a los archivos que permanecen cerrados.
Al referirse a la justicia, lamentó que las leyes de amnistía continúen vigentes, al igual que las demoras en las investigaciones o procesos penales. “Y en el ámbito nacional, todavía hay que avanzar en la definición de los crímenes contra la humanidad. La impunidad es el mayor obstáculo al que nos enfrentamos en el camino hacia la justicia y la prosperidad”, recalcó.
De la reparación, detalló que algunas víctimas llevan décadas esperándola, advirtió que esto socava la confianza en las instituciones democráticas y consideró que las políticas del Estado deben otorgar sin discriminación una reparación adecuada todas las víctimas.
Para la no repetición, Türk resaltó la necesidad de reforzar el estado de derecho y las instituciones democráticas, aseverando que sin libertad de prensa, participación y un poder judicial independiente se corre el riesgo de que las injusticias del pasado resurjan y se arraiguen. Además, abundó, hace falta que las instituciones encargadas de hacer cumplir la ley estén dirigidas por civiles y que haya una lucha estricta conta la corrupción.
Coexistencia pacífica y dignidad para todos
El Alto Comisionado dijo que este es un año en el que se cumple medio siglo de los golpes de Estado en Uruguay y Chile, y 40 años del retorno de la democracia a Argentina, pero que también se celebra el 75 aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, “un acuerdo que consagró la coexistencia pacífica, la justicia y la dignidad para todos”.
“Revivir el espíritu y el impulso que condujeron a la Declaración Universal -y aplicarlo a los retos a los que nos enfrentamos actualmente- es la tarea que tenemos hoy ante nosotros”, puntualizó y reiteró la presteza de su Oficina para asistir a los países en sus tareas encaminadas a la justicia y la paz.