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Cócteles con sello de mujer: El boom de las baristas
La coctelería está dejando de ser un mundo exclusivo de hombres. Cada vez hay más mujeres dominando el arte de las barras. El programa Learning For Life de Diageo, avalado por el Pacto Mundial de la ONU, es uno de los principales semilleros de cantineras en Cololmbia y un ejemplo en formación inclusiva.
Dice el refrán popular: ‘la mano que mece la cuna, es la mano que domina al mundo’. Y ¿la mano que agita la coctelera? Todo parece indicar que también, y cada vez son más las mujeres conquistando el mundo de las barras.
Lo que hasta hace un tiempo parecía impensable, hoy cada vez más es una realidad. Las barwoman o barladies, las camareras, cantineras o baristas especializadas en crear cócteles, están incursionando con fuerza en un mercado que se creía era exclusivo de los hombres.
Si bien siguen siendo minoría, cada vez y con más frecuencia salen a la luz verdaderas expertas de la coctelería, que le ponen alma y sello de mujer a cada preparación. Las academias de coctelería pasaron de tener únicamente estudiantes hombres, a contar con una amplia presencia femenina, que en algunos casos incluso llega a ser mayoría.
En Colombia se podría decir que el cambio apenas está comenzando, sin embargo, el nivel que han alcanzado es tan alto que el año pasado el título como la mejor barista de Colombia en la competencia World Class Bartender 2021 se lo llevó Diana Bernal, una joven artista plástica que encontró en la coctelería la mejor manera de expresar su creatividad, el amor por el servicio y su profundo respecto por la gastronomía. Diana se convirtió en la primera mujer en ganarse esta competición, tradicionalmente dominada por hombres.
El espectáculo detrás del cóctel
Pero el éxito de las mujeres tras las barras no es gratuito, ni producto de la suerte. Juan Hernández, sommelier profesional y profesor de coctelería, enología y servicio en la Escuela de Gastronomía Mariano Moreno, asegura que en sus 14 años como docente en Colombia y Argentina, es la primera vez que ve tantas mujeres inmersas en el mundo de los cocteles y las buenas mezclas.
“En mis clases tenemos más cantidad de mujeres que de hombres. Las chicas están súper interesadas en saber cómo funciona el mundo de la coctelería a fondo y realmente es hermoso ver a una mujer en las barras por su expresión facial, su movimiento de brazos, esto es sin duda un valor agregado dentro de la industria”, dice el profesor Juan Hernández, quien hace parte del programa Learning For Life, de la multinacional Diageo, que busca acercar a jóvenes de escasos recursos al mundo de la coctelería profesional y cuenta con el respaldo del Pacto Mundial de la ONU.
Entrar a un bar en Colombia y encontrar a una mujer con la coctelera en sus manos es algo cada día más común. “Hoy en día vemos barras de parejas en diferentes restaurantes en Bogotá y eso llama mucho la atención, porque se genera todo un espectáculo detrás de la coctelería y ese es el objetivo, dar un espectáculo detrás de un cóctel”, agrega el profesor Juan Hernández.
Sabores ancestrales
El programa Learning For Life de Diageo, es uno de los principales semilleros de baristas en el país y su modelo inclusivo de formación, hace que en un mismo salón de clases el menaje lo compartan mujeres y hombres de todo tipo.
Paola Andrea Gañán, tiene 29 años, es indígena de la comunidad Embera y una de las beneficiarias del programa de la multinacional Diageo. “Una buena comida debe siempre tener un gran acompañamiento”, dice esta joven, quien gracias a Learning For Life hoy tiene un nuevo propósito de vida: Ser la primera cantinera indígena de Colombia.
“Mi resguardo está rodeado de mucha montaña. Pertenezco al departamento de Risaralda y nada me haría más feliz que aportar a la coctelería los sabores y saberes ancestrales de mi comunidad”, afirma Paola, agregando que sueña con ser la pionera de los cocteles a base de plátano y café, los dos productos más cultivados en su región.
“Todas nuestras comidas son a base de estos dos sabores, desde el desayuno hasta la cena, entonces transformémoslos y llevemos al paladar del mundo, algo tan propio de mi cultura”, dice emocionada Paola Gañan.
Paola es una mujer delgada, de apariencia delicada, pero sus ojos brillan y se llenan de fuerza cuando habla del arte de mezclar y crear nuevos sabores; tanto que entre risas asegura que si su vida fuera un coctel, sería un mojito, porque “es hecho a base de un ron fuerte, pero es ligero y caribeño, como el sol y siempre trato de brillar en el lugar que esté”. Ahora anhela seguir capacitándose en Bogotá con ayuda de Diageo y volver a su resguardo indígena como una pionera en la coctelería.
La ley del cóctel
Pero Paola no es la única que sueña con hacer historia en las barras. Una de sus compañeras de clase es Ana María Lasso, abogada de profesión que, gracias al programa de Learning For Life, descubrió que las leyes y los cocteles tienen mucho en común.
“La gente se mueve por pasiones y por gustos y en el Derecho encontramos gente que por pasión hace cosas buenas o malas, la misma pasión que encierra la coctelería. Así que yo me disfruto igual un buen coctel o un buen código”, dice Ana María, quien con 23 años asegura que el derecho y las barras son sus dos grandes motivaciones.
Para Ana María encontrar ese camino no ha sido fácil. De la misma manera que lo viven muchas otras mujeres en Colombia, cuando por primera vez dijo que quería formarse como cantinera encontró todo un sinfín de barreras, que aún hoy recuerda. “Al comienzo todo el mundo te dice que éste es un mundo de hombres. Que puede ser peligroso para una mujer estar en un bar. Siempre las mujeres encontramos barreras para acceder al mundo laboral y en la coctelería se siente mucho más”, afirma Ana María.
Sin embargo, ella, como buena abogada, defendió con argumentos su deseo y demostró que los bares y los restaurantes cada vez más quieren tener la creatividad, la fuerza y la dulzura de las mujeres detrás de la barra.
“Somos mucho más que una cara linda. Nos fijamos en los detalles y la estética. Le imprimimos pequeños toques delicados y únicos a cada coctel que preparamos”, dice.
Al preguntarle si su vida fuera un coctel ¿Cuál sería?, entre risas asegura: “Creo que sería un Drambuie, que es un coctel dulce, pero con tonos cítricos y no se mezcla con nada. Eso soy yo, dulzura, acidez y firmeza” y agrega que ya está trabajando en la idea de montar su propio bar para sus colegas abogados.
Una apuesta ganadora
Para Mauricio López, director ejecutivo de Pacto Global Red Colombia, la idea de fomentar las camareras ha sido apoyada firmemente por el Pacto Global de las Naciones Unidas, ya que es importante que en un segmento masculinizado, como la coctelería, se impulse la presencia de la mujer.
“La mujer tiene una sensibilidad para poder ofrecer el trago ideal y amable y controlar eventuales excesos cuando un cliente quiera más de un determinado trago”, afirma Mauricio López.
De esta manera, según López, se impulsa una apuesta por un consumo responsable, “recordemos que en nuestros países, los accidentes de tránsito son la segunda o tercera causa de mortalidad y muchas veces hay personas con exceso de alcohol perjudicadas, así que esta es una iniciativa que forma parte de este cambio que se está dando, en pro de más igualdad”.
Un arte que une
En la academia de Diageo, la coctelería no discrimina, ni excluye. Mujeres y hombres se unen en torno a la misma pasión. Así lo afirman Johan Sepúlveda y Christian Enriquez, ambos compañeros de Paola y Ana María.
“A mí la coctelería me dio una segunda oportunidad”, dice con emotividad Johan Sepúlveda, un venezolano que llegó a Colombia en el 2018 buscando nuevas oportunidades, junto a su esposa y sus dos hijas. Después de trabajar en la informalidad y pasar por toda clase de oficios, encontró en el servicio una nueva motivación y la forma de sacar adelante a su familia.
“Yo veo la coctelería como algo un poco más superior a simplemente estar tomando trago. Es entenderla como una experiencia. Un mundo lleno de sabores, colores y texturas. Cosas que uno como cliente normal no detecta. La coctelería llegó a mí para quedarse”, concluye Johan.
Algo similar relata Christian, un joven perteneciente a la comunidad LGBTIQ+: “No es mezclar dos o tres tragos y ya. Es analizar al cliente. Pensar qué voy a generar en esa persona con determinada combinación de sabores. Es como coger un lienzo y expresar allí con los ingredientes tu sentir al consumidor”.
Patricia Gómez, coordinadora de Eventos y Servicios Especiales de la Escuela Mariano Moreno, supervisa el proyecto Learning For Life y señala que “Diegeo tiene un tema de responsabilidad social muy fuerte y quiere que se entienda que el bar y la coctelería es para todo el mundo. No puede haber diferencias entre hombres y mujeres, porque el mundo de las barras nos recuerda que Colombia y el mundo son tan diversos, como personas hay y no caben las distinciones para ejercer esta actividad”.
Al respecto, el director ejecutivo de Pacto Global Red Colombia agrega que Diageo es una empresa líder en este sector, no solo por representar las marcas más emblemáticas del mundo, sino porque su liderazgo es responsable y la apuesta por la sosteniblidad incluye un ambiente de trabajo adecuado, respeto por la diversidad y la inclusión, hasta una publicidad consciente.
“El Pacto Global de las Naciones Unidas y Diageo trabajamos de la mano en temas muy importantes como el consumo responsable de bebidas alcohólicas, así como el trabajo decente y es allí donde entramos a apoyar a comunidades étnicas. A través de las denominadas becas Diageo, se incorporan elementos de sostenibilidad”, puntualizó López, recalcando que con su liderazgo, la compañía impulsa “la globalidad de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, como una compañía sostenible en su sector, que promueve el consumo de licor responsable”.
Programa de formación
Este programa de la multinacional de licores Diageo brinda herramientas básicas de coctelería y servicio a jóvenes de muy escasos recursos, entre los 18 y 30 años. El objetivo es llegar a población diversa que no tiene la manera de acceder a este conocimiento por su propia cuenta. Se trata del primer paso al mundo real y a la empleabilidad, lo que mejora sus oportunidades de vida.
“Estamos comprometidos en nuestra responsabilidad social con la educación y sobre todo con la generación de oportunidades laborales para jóvenes de contextos diversos y vulnerables. Es con este compromiso por la inclusión en el país que trabajamos día a día”, explica Beatriz Mejía, gerente de sostenibilidad de Diageo.
Por medio de cursos cortos y gratuitos, Learning For Life fomenta el desarrollo de habilidades en las disciplinas de barista, ventas, servicio, mercadeo, y gastronomía.
En múltiples oportunidades, la labor social de Diageo ha sido destacada por la comunidad internacional.
Justamente, la coordinadora de comunicaciones del Pacto Global Red Colombia, Ángela María Gómez, asegura que “iniciativas como la que lidera Diageo nos dan evidencia que para lograr la Agenda 2030 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible debemos visibilizar las mejores prácticas de sostenibilidad con el objetivo de inspirar a las empresas grandes, medianas y pequeñas”, y agrega que más allá de presupuesto, “es un tema de ganas y unir voluntades para desarrollar una estrategia de sostenibilidad”.
Según Diageo, más de 10.000 jóvenes en Colombia han cursado el programa de Learning For Life y el 54% han sido mujeres.