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Desastre de una presa en Ucrania: La ONU continúa las operaciones de ayuda humanitaria
Tras la explosión de la presa el martes, al menos 40 ciudades y pueblos están inundados en la región de Jerson. La ONU y sus socios distribuyen agua, alimentos y dinero en efectivo a las personas afectadas por las inundaciones. La explosión complica aún más la seguridad de la central nuclear de Zaporiyia.
Las Naciones Unidas continúan las tareas a contrarreloj tras la explosión de la presa de la de la central hidroeléctrica de Nova Kakhovka.
La coordinadora de la ONU en Ucrania, Denise Brown, se reunió este jueves con el ministro de Asuntos Exteriores ucraniano, Dmytro Kuleba, y le reiteró el apoyo de las Naciones Unidas. Los equipos de la Organización trabajan sobre el terreno desde el primer día.
Desde ese momento, la ONU y sus socios humanitarios distribuyen agua, alimentos y dinero en efectivo a las personas afectadas por las inundaciones en las provincias de Jerson y Mykolaiv, en colaboración con las autoridades locales.
En colaboración con las autoridades de estas provincias, las operaciones de auxilio se planean llegar lo antes posible a las zonas más afectadas por las inundaciones, una vez que el ejército lo considere seguro, dados los riesgos que supone el rápido movimiento del agua, que desplaza minas y artefactos explosivos sin detonar a zonas previamente consideradas despejadas.
La ONU se comprometió a llegar a todos los ucranianos necesitados a ambos lados de la orilla del río Dnipro, y solicitó repetidamente garantías de acceso y seguridad, en particular en la ribera izquierda, bajo control militar temporal de las autoridades de la Federación Rusa. Sin embargo, todavía no recibió las garantías de seguridad necesarias para las actividades del personal humanitario.
Tras la explosión de la presa el martes, al menos 40 ciudades y pueblos están inundados en la región de Jerson, una situación que provocó la evacuación de miles de personas, según apunta el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia.
UNICEF prosigue sus actividades sobre el terreno distribuyendo ayuda humanitaria, agua, kits de higiene, artículos infantiles y apoyo financiero.
Por su parte, el Programa Mundial de Alimentos (PMA) entregó hasta el momento, junto a su socio Tarilka, 7000 raciones de alimentos listos para su consumo en las provincias de Jerson y Mykolaiv.
Las Naciones Unidas y todos los ministerios competentes del gobierno ucraniano siguen colaborando en la evaluación de los daños a largo plazo causados por esta catástrofe.
La presencia del OIEA es más necesaria que nunca
El director general del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) subrayó este miércoles que la presencia de la organización en la central nuclear de Zaporiyia es en estos momentos “de vital importancia para ayudar a prevenir el peligro de un accidente nuclear y sus posibles consecuencias para la población y el medio ambiente mientras aumenta la actividad militar en la región”.
Rafael Mariano Grossi indicó que la posible pérdida de la principal fuente de agua para refrigerar la central “complica aún más una situación de seguridad y protección nuclear ya de por sí extremadamente difícil y desafiante".
La actividad en la planta nuclear busca garantizar la máxima cantidad de agua para refrigerar la central ante la incertidumbre sobre el acceso al embalse de Kakhova, cuyo caudal continúa bajando.
Desde la rotura de la presa este martes hasta la tarde del miércoles, su nivel de agua descendió hasta los 14,03 metros. Si desciende por debajo de 12,7 metros, la central nuclear no podrá bombear agua desde el embalse hasta su recinto.
Dado que aún se desconoce el alcance total de los daños de la presa, no es posible predecir si esta situación ocurrirá ni cuándo. Sin embargo, de mantenerse el ritmo actual de descenso, la marca de 12,7 metros podría alcanzarse durante los próximos dos días.
Grossi viajará la próxima semana a la central de Zaporiyia para evaluar la situación y supervisar el cumplimiento de los cinco principios básicos para proteger la planta que presentó al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas el pasado 30 de mayo.