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Guterres urge a invertir masivamente en una nueva era industrial verde y sostenible
António Guterres alerta de que la crisis alimentaria y energética, la incertidumbre económica y los efectos cada vez más importantes del cambio climático piden una transformación de la industria hacia un modelo sostenible que sirva para cerrar la brecha de desarrollo entre países y cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Un nuevo informe del Secretario General de la ONU sobre la financiación para el desarrollo sostenible indica que se necesitan inversiones urgentes y a gran escala para agilizar la transformación industrial, incluso en el suministro de electricidad, la agricultura, el transporte y los edificios.
"Sin los medios para invertir en desarrollo sostenible y transformar sus sistemas energéticos y alimentarios, los países en desarrollo se están quedando aún más rezagados", afirma António Guterres en el prólogo del informe.
"Un mundo a dos velocidades, de ricos y pobres, presenta peligros claros y evidentes para todos los países. Necesitamos urgentemente reconstruir la cooperación mundial y encontrar las soluciones a nuestras crisis actuales en la acción multilateral".
Algunos de estos cambios necesarios ya se están produciendo. La crisis energética provocada por la guerra en Ucrania disparó la inversión en la transición energética mundial, hasta alcanzar la cifra récord de 1,1 billones de dólares el año pasado.
Las inversiones en transición energética superaron por primera vez en 2022 al gasto destinado a sistemas de combustibles fósiles, pero casi todas ellas se produjeron en China y los países desarrollados.
La falta de recursos ahoga la economía de las naciones en desarrollo
A diferencia de sus homólogos desarrollados, el estudio revela que la mayoría de los países en desarrollo no disponen de recursos para invertir. La combinación de factores que incluye al cambio climático, la invasión rusa de Ucrania, la pandemia de COVID-19 y el pago de la deuda generan fuertes presiones fiscales sobre la mayoría de los países en desarrollo limitando su capacidad para invertir en una transformación sostenible.
A modo de ejemplo, el gasto en concepto de recuperación postpandemia en los países desarrollados fue de 12.200 dólares per cápita durante 2020 y 2021, una cifra 30 veces más elevada que la de los países en desarrollo (410 dólares), y 610 veces superior a la de los países menos desarrollados (20 dólares).
El Informe recuerda que la industrialización siempre fue un vehículo de progreso que impulsó el crecimiento económico, la creación de empleo, el avance tecnológico y la reducción de la pobreza.
Por ello, pide establecer una nueva generación de políticas industriales sostenibles, apoyadas en una planificación nacional integrada, que permita aumentar las inversiones y sentar las bases de las transformaciones necesarias. Entre las áreas con grandes oportunidades de crecimiento menciona la agroindustria, la energía verde y la industria manufacturera.
Crece el sector tecnológico, pero se estanca el de manufacturas
La reciente y rápida asimilación del sector tecnológico muestra las enormes posibilidades de lograr una transición igualmente rápida hacia una industrialización y un crecimiento sostenibles.
El aumento del número de personas que usaron internet regularmente entre 2021 y 2022 creció en 338 millones, un incremento de aproximadamente 38.600 personas más por hora.
Además, en las regiones que cuentan con conexión a la red de alta velocidad el 44% de las empresas se dedican a la exportación, por solo un 19% de las compañías en las regiones que tienen menor velocidad
En cambio, la capacidad de producción sigue siendo desigual. En los países menos desarrollados de África, el valor añadido de la industria manufacturera, en lugar de duplicarse según la meta 9.2 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030, cayó de alrededor del 10% del PIB en 2000 al 9% en 2021.
Para mejorar esta situación, el informe pide implementar políticas específicas para construir las infraestructuras productivas nacionales necesarias que permitan lograr transiciones con bajas emisiones de carbono, crear puestos de trabajo dignos e impulsar el crecimiento económico, garantizando al mismo tiempo la igualdad de género.
Los recursos necesarios para esta transformación saldrían de una mezcla de medidas que incluyen el fortalecimiento de los sistemas impositivos, facilitación y potenciación de la inversión privada, y aumento de la inversión pública internacional y de la cooperación al desarrollo.
También son necesarios cambios en la arquitectura financiera internacional para obtener recursos suficientes.
Los puntos para lograr una reforma eficaz de la arquitectura financiera internacional y alcanzar una transformación sostenible debe incluir la reforma de:
- Las normas tributarias internacionales, incluidas reglas para gravar los negocios digitalizados y globalizados que satisfagan las necesidades de los países en desarrollo
- Los marcos políticos y normativos para mejorar la rentabilidad del sector privado con la sostenibilidad
- La transformación de la magnitud y la función del sistema de bancos de desarrollo
- Un fondo de pérdidas y daños para el cambio climático, que debe ponerse en marcha rápidamente
- El alivio de la deuda y una mejora importante de la arquitectura internacional de resolución de la deuda, dado que el 60% de los países de renta baja se encuentran en situación de endeudamiento o en riesgo de estarlo
- La creación de normas comerciales multilaterales para revisar el enfoque y resolver las actuales tensiones sobre las subvenciones ecológicas.