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Bosques sanos, personas sanas
Los bosques son cruciales para nuestra salud y bienestar. Con una cobertura del 31% de la superficie de la Tierra, son el hogar del 80% de las especies terrestres. Su conservación es esencial, ya que ofrecen alimentos, refugio, medicamentos y oxígeno. ¿Qué conviene saber sobre los bosques y su relación con la salud humana?
Frecuentemente se dice que los bosques son los pulmones del planeta, ya que absorben el nocivo dióxido de carbono y producen oxígeno. No es una exageración asegurar que, si los bosques gozan de buena salud, los seres humanos también lo hacemos. Por ese motivo, el tema del Día internacional de los Bosques este año es Bosques sanos para mantener poblaciones sanas.
Con una cobertura del 31% de la superficie de la Tierra, los bosques son el hogar del 80% de las especies terrestres, pero su pérdida en todo el planeta amenaza a las personas de todo el mundo. Aquí encontrarás cinco cosas que debes saber acerca de la antigua y creciente relación entre los bosques y nuestra salud.
1. Los sumideros de carbono combaten el cambio climático
Los ecosistemas forestales mantienen la salud del planeta regulando el clima, el régimen de lluvias y las cuencas hidrográficas y, sobre todo, proporcionan el oxígeno esencial para la existencia humana.
Los bosques saludables ayudan a mantener bajo control el cambio climático al actuar como “sumideros de carbono”, que absorben anualmente cerca de 2000 millones de toneladas de dióxido de carbono, el gas que está contribuyendo al aumento de las temperaturas en todo el mundo.
El cambio climático está atentando contra nuestra existencia en diferentes maneras. Por ejemplo, los fenómenos meteorológicos extremos causan muertes y enfermedades, y el cambio de las temperaturas medias perturban nuestros sistemas alimentarios y aumentan las afecciones que afectan a la flora terrestre.
En pocas palabras, sin bosques saludables, los seres humanos, especialmente en los países más vulnerables, tendrán dificultades para llevar una vida sana y tal vez incluso para sobrevivir.
2. Las farmacéuticas de la naturaleza: de las mascarillas a los botiquines
Desde mascarillas hasta medicinas, los productos forestales son utilizados a diario en todo el mundo. Hasta el 80% de los países en desarrollo y una cuarta parte de los países desarrollados dependen de las medicinas de origen vegetal.
Los bosques contienen cerca de 50.000 especies de plantas con uso medicinal, que son utilizadas tanto por las comunidades locales como por las compañías farmacéuticas multinacionales.
Durante milenios, los habitantes de los bosques han tratado toda una serie de dolencias con los productos que han recolectado. Al mismo tiempo, muchas medicinas comunes tienen su origen en plantas forestales, que van desde los fármacos contra el cáncer procedentes del bígaro de Madagascar, hasta los medicamentos contra la malaria de los árboles de quina.
El enfoque Una sola salud, puesto en marcha como parte de la respuesta de la ONU a la pandemia de COVID-19, reconoce que la salud de los seres humanos, los animales, las plantas y el medio ambiente en general, incluidos los bosques, está estrechamente relacionada y es interdependiente.
3. Cena para 1000 millones de personas
Cerca de 1000 millones de personas en todo el mundo dependen de la recolección de alimentos silvestres como hierbas, frutas, frutos secos, carne e insectos para obtener dietas nutritivas. En algunas remotas zonas tropicales se calcula que el consumo de animales salvajes cubre entre el 60% y el 80% de las necesidades diarias de proteínas.
Un estudio realizado en 43.000 hogares de 27 países africanos descubrió que la diversidad dietética de los niños expuestos a los bosques era al menos un 25% mayor que la de los que no lo estaban.
En 22 países de Asia y África, tanto industrializados como en vías de desarrollo, los investigadores descubrieron que las comunidades indígenas utilizan aproximadamente 120 alimentos silvestres por comunidad y, en la India, se calcula que 50 millones de hogares complementan su dieta con frutas recogidas en los bosques silvestres y los matorrales circundantes.
4. Los bosques son cruciales para el desarrollo sostenible
Los bosques proporcionan productos y servicios, empleo, e ingresos a unos 2500 millones de personas en todo el mundo, lo que equivale aproximadamente a un tercio de la población mundial.
Conservar la salud de los bosques también es fundamental para los Objetivos de Desarrollo Sostenible, entre otros:
El Objetivo número 3, sobre el bienestar: los bosques sientan bien. Los estudios demuestran que pasar tiempo en los bosques puede reforzar el sistema inmunológico, al tiempo que eleva las emociones positivas y reduce el estrés, la presión arterial, la depresión, la fatiga, la ansiedad y la tensión. La salud y el bienestar de las personas dependen del entorno natural, que proporciona beneficios esenciales como aire limpio, agua, suelos sanos y alimentos.
El Objetivo número 6, sobre el agua: los bosques desempeñan un papel de filtro en el suministro de agua dulce. Alrededor del 75% del agua dulce accesible en el mundo procede de cuencas forestales. Al alimentar los ríos, los bosques suministran agua potable a casi la mitad de las ciudades más grandes del mundo. Las amenazas a los bosques podrían desencadenar la escasez de agua y poner en peligro los recursos mundiales de agua dulce para las personas de todo el mundo, que son algunas de las cuestiones urgentes que se abordarán en la próxima Conferencia de la ONU sobre el Agua 2023.
El Objetivo número 13, sobre la actuación contra el cambio climático: los bosques amortiguan los impactos de tormentas e inundaciones, protegiendo la salud y la seguridad humanas durante fenómenos meteorológicos extremos. Durante siglos, los bosques han actuado como redes de seguridad socioeconómicas de la naturaleza en tiempos de crisis. Los bosques protegidos y administrados de forma sostenible mejoran la salud y la seguridad de todos.
5. Los bosques necesitan protección
Los amplios beneficios de los bosques son bien conocidos, pero eso no significa que les ofrezca la protección que merecen.
Los incendios, los daños causados por los insectos y la deforestación han provocado la pérdida de hasta 150 millones de hectáreas de bosque en determinados años de la última década, lo que equivale a una superficie mayor que la de un país como Chad o Perú. Sólo la producción de materias primas agrícolas, como el aceite de palma, la carne de vacuno, la soja, la madera, la pasta y el papel, provoca alrededor del 70% de la deforestación tropical.
Muchos gobiernos han adoptado políticas de protección para los bosques y otros han aumentado la inversión en los mismos y la plantación de árboles.
La ONU estableció la Década para la Restauración de los Ecosistemas (2021-2021) y sus organismos están aprovechando las asociaciones con las partes interesadas locales y mundiales para proteger mejor los bosques, desde la plantación de tres millones de árboles en Perú hasta la capacitación de mujeres jóvenes para trabajar como guardabosques comunitarias y proteger el tráfico ilegal de fauna en Indonesia.
Por ejemplo, ONU-REDD, creada en 2008, es la principal asociación de las Naciones Unidas en materia de conocimientos y asesoramiento sobre los bosques y el clima, y da apoyo a 65 países asociados.
Aprovechando la experiencia del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), el programa para el Desarrollo (PNUD) y la Organización para la Agricultura y la Alimentación (FAO), la iniciativa ha conseguido, entre otras cosas, que los países miembros reduzcan las emisiones forestales a niveles equivalentes a retirar 150 millones de coches de la circulación durante un año, lo que ha dado paso a un aire mucho más fresco.
Para orientar sobre la creación de un entorno propicio en el que las personas puedan beneficiarse de todo lo que ofrecen los bosques, la FAO ofrece recomendaciones junto con un análisis más detallado de muchas interrelaciones clave entre los bosques y la salud humana en su informe Los bosques al servicio de la salud y el bienestar humano.