Pasar al contenido principal

No más excusas; Guterres llama a una “revolución de apoyo” para ayudar a los países menos desarrollados del mundo

Los líderes mundiales se reúnen en Doha, Qatar, en una conferencia de la ONU que busca acelerar el desarrollo sostenible donde más se necesita, desbloqueando las trabas al potencial de los países más vulnerables del mundo con asistencia internacional.

Tres años después de que el mundo comenzara su épica lucha contra el COVID-19, los Países Menos Adelantados, que ya se enfrentaban graves obstáculos estructurales para el desarrollo sostenible y son muy vulnerables a los embates económicos y ambientales, se encuentran atrapados en medio de una creciente ola de crisis, incertidumbre, caos climático y profunda injusticia global.

“Los sistemas están sobrecargados o no existen, desde la salud y la educación, hasta la protección social, la infraestructura y la creación de empleo. Y esto sólo está empeorando”, dijo este domingo el Secretario General de la ONU, António Guterres, en inauguración de la 5ª Conferencia de las Naciones Unidas sobre los Países Menos Adelantados (LDC5), que se lleva a cabo en la capital de Qatar del 5 al 9 de marzo.

Guterres hizo hincapié en que el sistema financiero mundial, creado por los países ricos para servir a sus propios intereses, es extremadamente injusto para los países menos adelantados, que deben pagar tasas de interés que pueden ser ocho veces más altas que las de los países desarrollados.

“Hoy, 25 economías en desarrollo gastan más del 20% de los ingresos del gobierno únicamente en el servicio de la deuda”, ejemplificó, enfatizando que los países menos adelantados necesitan “una revolución de apoyo” que contempla tres puntos: asistencia inmediata, reforma al sistema financiero mundial y adaptación al cambio climático.

Asistencia

El titular de la ONU argumentó que, en primer lugar, los países más vulnerables del mundo requieren apoyo urgente para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible y explicó que esto incluye asignar al menos 500.000 millones de dólares al año a los países en desarrollo, así como del 0,15% al 0,20% del Producto Interno Bruto de las economías industrializadas a la Asistencia Oficial para el Desarrollo. Además, se deben evitar la evasión de impuestos y los flujos financieros ilícitos.

No más excusas. Hago un llamado a los socios para el desarrollo para que aporten estos recursos e impulsen el logro de los objetivos del Programa de Acción de Doha”, dijo, refiriéndose al histórico plan para renovar el compromiso entre los países menos adelantados y sus socios para el desarrollo, incluyendo al sector privado, la sociedad civil y los gobiernos en todos los niveles.

Reforma del sistema financiero

En segundo lugar, continuó Guterres, hace falta reformar el sistema financiero mundial y los organismos de Bretton Woods.

Detalló que esto supone “expandir el financiamiento de contingencia e integrar cláusulas de desastre y pandemia en los instrumentos de deuda”.

“Los bancos multilaterales de desarrollo deben transformar su modelo de negocios para atraer mayores flujos de financiamiento privado a los países menos adelantados”, precisó y añadió que se deben encontrar “nuevas formas de sentido común para medir las economías de los países, como criterios de préstamo que vayan más allá del Producto Interno Bruto”.

Esta mujer carece de medios para alimentar a sus hijos en Afganistán. Uno de cada tres habitantes de los países menos adelantados vive por debajo de la línea de pobreza.
© UNICEF/Mark Naftalin
Esta mujer carece de medios para alimentar a sus hijos en Afganistán. Uno de cada tres habitantes de los países menos adelantados vive por debajo de la línea de pobreza.

Evolución en el apoyo climático

Los países menos adelantados son especialmente vulnerables a los efectos del cambio climático pese a que sólo contribuyen a éste con una pequeña cantidad de gases de efecto invernadero.

Para brindarles el apoyo necesario, Guterres instó a los países desarrollados a cumplir su promesa de otorgar 100.000 millones de dólares a los países en desarrollo, simplificar el acceso al financiamiento climático, poner en funcionamiento el fondo para pérdidas y daños, duplicar el financiamiento para la adaptación, reponer el Fondo Verde para el Clima respaldado por la ONU, y proporcionar sistemas de alerta a toda la población del mundo en un plazo de cinco años.

Con estos y otros objetivos vitales en mente, el Secretario General recordó a los delegados que convocará una Cumbre de Ambición Climática el próximo mes de septiembre en la sede de la ONU en Nueva York para pasar de las palabras a la acción y “brindar justicia climática a quienes se encuentran en la primera línea de la crisis”.

Cumplir las promesas

“La era de las promesas incumplidas debe terminar ahora”, insistió Guterres. “Pongamos las necesidades de los países menos adelantados en el lugar que deben ocupar: el primero en nuestros planes, en nuestras prioridades y en nuestras inversiones”.

Desde el inicio de la pandemia, los 46 países menos adelantados han sufrido la falta de recursos para luchar contra la emergencia y una deuda en espiral que ha retrasado su avance hacia el desarrollo. No obstante los esfuerzos para hacer frente a estas circunstancias, uno de cada tres habitantes de esas naciones vive en la pobreza extrema.

“Estoy seguro de que todos queremos cumplir nuestra promesa de lograr la Agenda 2030 y transformar las economías de los países menos adelantados”, apuntó Csaba Kőrösi, presidente de la Asamblea General de la ONU, secundando el planteamiento del Secretario General.

Kőrösi agregó que es imperativo que los socios para el desarrollo cumplan las promesas de ayudar a los países menos adelantados a superar sus vulnerabilidades.

“Si reforzamos las verdaderas asociaciones y aprovechamos la tecnología y la innovación, todavía podremos alcanzar nuestros objetivos para 2030”, afirmó, advirtiendo que eso requerirá decisiones de alto impacto y acciones transformadoras entre las que se contarían basarse en la ciencia en la toma de decisiones, movilizar la solidaridad, mejorar los estándares de gobernanza y comprender los bienes comunes globales.

“Este progreso no será fácil, pero sinceramente no veo una mejor opción para la humanidad”, concluyó Kőrösi.

Durante los próximos días, más de 130 líderes y delegados de todo el mundo tomarán la palabra en el debate general para intercambiar puntos de vista sobre cómo abordar colectivamente los desafíos compartidos y encontrar soluciones significativas para los países menos adelantados.

¿Qué es el Programa de Acción de Doha?

En marzo de 2023, se adoptó el Programa de Acción de Doha para los Países Menos Adelantados para la Década 2022-2031 para garantizar que los Estados más vulnerables volvieran a ocupar un lugar destacado en la agenda internacional.

El Programa incluye seis áreas de enfoque clave:

  • Invertir en las personas de los países menos adelantados: erradicar la pobreza y desarrollar capacidades para no dejar a nadie atrás
  • Aprovechar el poder de la ciencia, la tecnología y la innovación para luchar contra las vulnerabilidades multidimensionales y alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible
  • Apoyar la transformación estructural como motor de la prosperidad
  • Mejorar el comercio internacional y la integración regional de los países menos adelantados
  • Abordar el cambio climático, la degradación ambiental, la recuperación de la pandemia y el aumento de la resiliencia
  • Movilizar la solidaridad internacional, alianzas mundiales revitalizadas y las herramientas e instrumentos innovadores

La implementación completa del Programa de Acción de Doha ayudará a los países menos adelantados a abordar la pandemia de COVID-19 en curso y los impactos socioeconómicos derivados de ella, volver a encarrilarse para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible y abordar los desafíos del cambio climático