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Guterres marca siete prioridades para detener las agujas en el Reloj del Apocalipsis
Desde el derecho a la paz hasta el derecho al futuro, pasando por el derecho a un medioambiente limpio y el derecho a un sistema financiero al servicio de los ciudadanos y no de los ricos, el titular de la ONU señala que el camino para evitar la catástrofe a la que, incomprensiblemente, se avoca el mundo “no de forma sonámbula, sino con los ojos bien abiertos”.
El Secretario General de la ONU marcó este lunes las siete prioridades en las que trabajará este año la Organización y en las que deberían trabajar los líder del mundo si quieren detener las agujas del Reloj del Apocalipsis, que en este momento marcan 90 segundos para el fin del mundo.
António Guterres hizo esas observaciones en su tradicional discurso de principios de año en el que, tras indicar los múltiples peligros que acechan al planeta y sus habitantes, habló de las prioridades en las que se centrará en el año 2023; unas prioridades que empiezan en el derecho a la paz de los pueblos, siguen en el derecho al bienestar económico, político y social, y terminan en el derecho al futuro de las nuevas generaciones.
“Hace un mes, dimos la vuelta al calendario y abrimos un nuevo año. Pero hace sólo unos días, otro reloj se puso en marcha: el llamado Reloj del Apocalipsis. Este reloj simbólico fue creado hace 75 años por científicos atómicos, entre ellos Albert Einstein (...) En este momento, marca 90 segundos para la medianoche, es decir la catástrofe mundial total. Es lo más cerca que (este Reloj) ha estado nunca de la hora más oscura de la humanidad, más incluso que durante el apogeo de la Guerra Fría”, explicó Guterres.
“Pero en realidad, el Reloj del Apocalipsis no es más que un despertador mundial. Tenemos que despertarnos”, alentó.
A continuación, el diplomático internacional por antonomasia escudriñó la situación del mundo asegurando que en 2023 “nos enfrentamos a una confluencia de retos sin precedentes”, a saber: las guerras continuas, la ardiente crisis climática, la abisal desigualdad entre ricos y pobres, y la proverbial división geopolítica que socava la solidaridad y la confianza.
“Estamos en un callejón sin salida. Tenemos que corregir el rumbo”, urgió Guerres, quien aseguró que entre todo ese oscuro panorama la buena noticia es que hay soluciones para cada uno de los problemas, ya sea la guerra, el cambio climático o la división entre los que tienen y los que no: se sabe cómo darle la vuelta a la situación.
Todo empieza por eliminar el cortoplacismo político
Pero a continuación indicó que, lamentablemente, la visión estratégica, el planeamiento y el compromiso a largo plazo que se necesitan para ese cambio de rumbo, brillan por su ausencia.
“En la vida política y empresarial todo se mira con el sesgo del corto plazo. La próxima encuesta, la próxima maniobra política para aferrarse al poder, el próximo ciclo económico, o incluso la cotización bursátil del día siguiente. El futuro es problema de otros”, afirmó antes de juzgar que “este pensamiento a corto plazo no sólo es profundamente irresponsable, sino inmoral… y contraproducente”.
Para Guterres se necesita cambiar la configuración mental de quienes toman las decisiones hacia una anclada en la Carta de las Naciones Unidas y la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
“Cuando observo los derechos humanos en sentido amplio, con la lente del siglo XXI, veo el camino para salir de este callejón sin salida”, dijo.
Fue entonces cuando señaló las siete prioridades que nos pueden librar del apocalipsis.
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