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Una mujer indígena “valiente” que sueña con un espacio digno para trabajar y sobrevivir

Ana Lucía Yamá es indígena Tatag y una de las integrantes del programa ‘Valientes’ de ACNUR y ONU Mujeres, cuyo objetivo es sensibilizar a la población sobre la situación que enfrentan cientos de mujeres colombianas y venezolanas que tienen que enfrentan una dura realidad como refugiadas y migrantes.

En la vereda Villanueva, en el departamento colombiano de Nariño, frontera con Ecuador, hay una mujer de apariencia “menuda”, baja estatura, piel morena y mirada delicada. Todos le dicen Anita y dedica sus días a enaltecer el papel de la mujer indígena en la sociedad.

Quién mejor que una mujer como ella para hacerlo. Ana Lucía Yamá nació hace 37 años en el resguardo indígena Tatag y creció, como todas las demás niñas de su comunidad, bajo un modelo de educación patriarcal, en el que las mujeres solo se dedican a las labores del hogar y la familia.

Esto no es culpa de los hombres. Ellos también han recibido siempre la misma educación. Por siglos nuestro sistema de crianza ha sido patriarcal y la mujer ha sido relegada. No hay empoderamiento femenino y se nos limita a actividades de la casa”, dice Ana Lucía

Sin embargo, desde muy pequeña Anita supo que había algo diferente en ella.

“Yo sentía que podía hacer más, (sabía) que quedarme únicamente en el hogar no era una opción. Fui siempre muy soñadora y quería ayudar a salir adelante a las mujeres de mi comunidad”, recuerda.

Ana Lucía Yama lleva años trabajando en defensa de las mujeres indígenas de su comunidad en Colombia. A través del programa Valientes, ayuda a otras mujeres en situación de vulnerabilidad.
UNHCR/Colombia

Estudiar para liderar

Impulsada por las ideas liberales de su abuela, Ana Lucía decidió estudiar y prepararse para algún día guiar a otras integrantes de su comunidad hacia un modelo más igualitario de sociedad.

Ahora es una lideresa destacada en Villanueva. Todas y todos en su comunidad la reconocen como la indígena que tiende puentes y construye lazos solidarios con aquellas mujeres víctimas de delitos como discriminación, maltrato o abuso.

Por años los saberes de nuestras mayoras fueron menospreciados. No se reconocía su trabajo y su sabiduría. Pero yo me propuse a que eso cambiara y que ellas tuvieran un rol mucho más activo dentro y fuera de la comunidad”, explica Ana Lucía.

Día y noche, Ana concentra su esfuerzo en darles una mano a las mujeres no solo de cabildo, sino de su región en general. Ha visibilizado sus historias a través de programas de radio y televisión comunitaria, liderado talleres para capacitarlas en artes, dictado charlas sobre sus derechos y deberes, y cuanta cosa se le ocurre para destacar el poder femenino.

Mi vocación de vida es presentarles esas vías alternas que buscan las mujeres en el ámbito psicológico, jurídico, y humanitario”, afirma Ana Lucía Yamá.
UNHCR/Colombia
Mi vocación de vida es presentarles esas vías alternas que buscan las mujeres en el ámbito psicológico, jurídico, y humanitario”, afirma Ana Lucía Yamá.

Una “valiente”

Porque una cosa tiene clara: “Mi vocación de vida es presentarles esas vías alternas que buscan las mujeres en el ámbito psicológico, jurídico, y humanitario”.

Fue justamente su entrega y convicción por el empoderamiento femenino lo que la llevó a hacer parte del Programa Valientes’ de la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) y ONU Mujeres.

Su objetivo, el de Ana y el de las agencias de la ONU, es sensibilizar a la población sobre la situación que enfrentan cientos de mujeres colombianas y venezolanas, que tienen que salir de sus comunidades y hoy enfrentan una dura realidad como refugiadas y migrantes.

“Mujeres colombianas y venezolanas nos unimos para transformar las realidades de nuestras comunidades. Si nos unimos y nos apoyamos podemos sacar adelante más fácilmente lo económico y lo social”, dice Ana.

La campaña se da en las calles, portando camisetas que les recuerda que son ‘Valientes’ y hablando con otras mujeres y también con hombres, sobre la importancia de reconocer el papel femenino en todos los ámbitos de la sociedad.

“Al principio, a los hombres de mi comunidad no les gustaba mucho. Sentían raro que una mujer decidiera hablar de temas que para muchos son prohibidos. Tenía temor a ser rechazada, pero con el tiempo todo ha ido mejorando y tanto hombres como mujeres son más receptivos a hablar. Definitivamente ayudar a sanar y ser un puente para mis mayoras es un regalo divino”, señala.

Paradójicamente, aunque en su día a día está rodeada siempre de mujeres, en casa Ana Lucía solo comparte su día a día solo con hombres; es madre de tres jovencitos, uno de 18 y un par de gemelos de 13. 

“Yo sueño con que algún día todas las mujeres, y en especial nosotras las indígenas, tengamos un espacio digno para trabajar y sobrevivir. Mi propósito de vida es ver mujeres empoderadas y con una sonrisa en su corazón”, concluye.

Programa Valientes

El programa Valientes entrega información útil a las mujeres en 12 ciudades del país, para que conozcan los centros de atención a los que pueden acudir, en caso de ser víctimas de violencia.

La iniciativa nació como resultado de la llegada de centenares de mujeres venezolanas al país, lo que ha representado desafíos específicos para ellas. Muchas han sufrido manifestaciones de xenofobia, estigmatización, violencias y explotación.

Valientes busca que comprendan que, sin importar su situación migratoria, tienen derecho a la atención, la protección y la orientación.

Reportaje producido por Paola Rojas Camacho