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El COVID-19 sigue siendo peligroso pero con las medidas adecuadas la emergencia podría terminar este 2023
La agencia sanitaria muestra un moderado optimismo ante el actual panorama epidemiológico que presenta “una transmisión intensa en varias partes del mundo”, aunque confía en que este año termine la emergencia de salud pública. También pide a China más datos sobre la enfermedad en el país y advierte que la subvariante de ómicron XBB.1.5 es la más transmisible detectada hasta la fecha.
Pese a los notables progresos experimentados en la lucha contra el coronavirus, “la amenaza del COVID-19 persiste”, advirtió este miércoles en rueda de prensa el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que cifró en 10.000 el número de muertes semanales por la enfermedad. “Es probable que la cifra real sea mucho mayor”, alertó.
El doctor Tedros Adhanom Ghebreyesus especificó que persisten las “grandes desigualdades en el acceso a las pruebas, el tratamiento y la vacunación” y “que, en definitiva, el COVID-19 sigue siendo un virus peligroso para nuestra salud, nuestras economías y nuestras sociedades en general”.
El máximo responsable de la agencia sanitaria de la ONU manifestó su preocupación ante el actual panorama epidemiológico que presenta el COVID-19, “con una transmisión intensa en varias partes del mundo y una subvariante recombinante que se propaga rápidamente”.
Tedros explicó que durante las últimas semanas aumentaron los informes sobre hospitalizaciones y se produjo una mayor presión sobre los sistemas sanitarios, especialmente en las regiones templadas del hemisferio norte, donde también circulan enfermedades respiratorias como la gripe.
“No cabe duda de que el COVID-19 seguirá siendo un importante tema de debate, pero creo y espero que con los esfuerzos adecuados este sea el año en que la emergencia de salud pública termine oficialmente”, vaticinó.
Las cifras publicadas en China no representarían el total impacto de la enfermedad
Tras el gran aumento de casos y hospitalizaciones en China, Tedros confirmó que la semana pasada se produjo una reunión de alto nivel entre miembros de la OMS y sus homólogos en China, además del encuentro de ayer del Grupo Asesor Técnico de la agencia sobre COVID-19 y los grupos de la red de expertos en gestión clínica sobre la enfermedad con expertos chinos.
Después de esos encuentros, el director de la OMS siguió pidiendo a China que facilite “datos más rápidos, periódicos y fiables sobre hospitalizaciones y defunciones, así como una secuenciación vírica más completa y en tiempo real”.
Por su parte, el doctor Michael Ryan, director de emergencias sanitarias de la OMS, dijo que hay “problemas en términos de los criterios para el registro y notificación de las muertes atribuibles a COVID-19”, que su definición “es demasiado limitada”.
El experto destacó las dificultades que sufren todos los países en el registro de las altas hospitalarias, las admisiones y el uso de las unidades de cuidados intensivos, pero señaló que “creemos que las cifras que se están publicando actualmente en China no reflejan el verdadero impacto de la enfermedad en términos de ingresos hospitalarios, en términos de ingresos en UCI y, sobre todo, en términos de muertes”.
Debido a las elevadas tasas de propagación de la enfermedad y la falta de datos, Tedros consideró “comprensible que algunos países estén tomando medidas que creen que protegerán a sus propios ciudadanos”.
La subvariante XBB.1.5 puede ser más transmisible que otras variantes
Tedros también destacó el aumento en Europa y Estados Unidos, especialmente en el noreste del país, de una de las subvariantes de ómicron detectadas originalmente el pasado mes de octubre, la XBB.1.5.
La epidemióloga principal de la Organización, la doctora Maria Van Kerkhove, indicó que hasta el momento la subvariante se ha detectado en 29 países, pero no descartó la posibilidad de que se encuentre en más naciones “ya que la secuenciación está cada vez menos disponible a nivel mundial, por lo que nos resulta difícil rastrear cada una de estas subvariantes de ómicron”.
Van Kerkhove explicó que es “la subvariante más transmisible que se ha detectado hasta la fecha” y que “esto se debe a las mutaciones (…) que le permiten adherirse a la célula y replicarse con facilidad”.
La experta manifestó su preocupación por la facilidad de crecimiento de XBB.1.5, e indicó que “nuestra inquietud es su transmisibilidad, tiene capacidad de escape inmunitario, como hemos visto con X.BB, pero es una de las diversas subvariantes de ómicron que están en circulación y, cuanto más circule este virus, más oportunidades tendrá de cambiar. Esperamos nuevas oleadas de contagios en todo el mundo, pero eso no tiene por qué traducirse en nuevas oleadas de muertes, ya que nuestras contramedidas siguen funcionando”.
Por último, señaló que el Grupo Asesor Técnico de la agencia sobre COVID-19 está evaluando los riesgos de la subvariante y que espera publicarlos durante los próximos días.