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El responsable de la ayuda humanitaria en la ONU viajará a Afganistán para reunirse con los altos dirigentes talibanes
Martin Griffiths buscará dialogar para resolver el atasco en la entrega de asistencia vital provocado por la prohibición de que las mujeres trabajen con las organizaciones no gubernamentales. Las agencia de socorro se encuentran evaluando el impacto de la medida, que ya las ha obligado a suspender algunos programas.
El titular de la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asistencia Humanitaria, Martin Griffiths viajará a Afganistán próximamente con el propósito de hablar con la dirigencia del Talibán sobre la necesidad de que revoquen la prohibición de que las mujeres trabajen en las organizaciones no gubernamentales dada la importancia de su labor en el terreno para distribuir ayuda vital a las comunidades más necesitadas y vulnerables.
“El coordinador de Ayuda de Emergencia de la ONU realizará un visita a Afganistán en la que buscará reunirse con los más altos funcionarios para resolver la situación”, informó Ramiz Alakbarov coordinador residente de la ONU en Afganistán en un rueda de prensa en la sede de la Organización en Nueva York.
Alakbarov detalló que la visita duraría varias horas y tendría lugar en las próximas semanas. En tanto, el personal humanitario evalúa el impacto de la medida, que ha implicado la suspensión temporal de algunos programas y que seguramente obligará a suspender muchos más.
Precisó que cerca del 70% de sus programas son implementados en colaboración con ONG o agencias internacionales o locales.
Compromiso firme
“Quiero aclarar que la ONU y nuestros socios estamos muy comprometidos con la entrega de servicios que salvan la vida de la gente en Afganistán en las circunstancias más difíciles. Las necesidades humanitarias son enormes y es crucial que continuemos con nuestra tarea”, dijo.
Tras pronunciarse en defensa de los derechos de las mujeres y las niñas, señaló que no es posible entregar ayuda humanitaria a gran escala sin la participación de las mujeres y añadió que por esta razón la ONU y sus socios trabajan constantemente con sus interlocutores en el terreno para encontrar una solución.
En este sentido, indicó que la Organización ha planteado una serie de peticiones a las autoridades de facto, incluidos los ministros de Salud, de Repatriación y de Economía, explicándoles cómo esta prohibición afecta cada uno de los sectores de los que son responsables y tratando de llegar a un acuerdo para solucionar las afectaciones.
Alakbarov citó como ejemplo la reunión con el ministro de Salud, una arena en la que no es posible operar sin personal femenino, “así que acordamos que en ese sector no debería haber una barrera y que las proveedoras de servicios deben regresar a trabajar. Ahora, veamos en qué resulta esto y de qué forma se lleva a cabo”.
Agregó que no todas las reuniones con los diferentes ministros han tenido el mismo resultado, pero subrayó que las conversaciones continúan.
Dilema
El coordinador residente aseveró que los organismos humanitarios se encuentran en un medio de una contradicción: “la ayuda nunca es condicional, no se puede condicionar el suministro de alimentos, asistencia médica a una persona que se está muriendo bajo ninguna condición. Y el otro elemento importante de la ayuda es que no se puede excluir a ningún género o a ninguna categoría de persona. Ese es el dilema y ese es el punto en el que nos encontramos, por eso estamos trabajando en una solución al problema”.
Por otra parte, enfatizó que la ONU no entregará asistencia “en un lugar y espacio donde se comprometa su independencia operativa, su imparcialidad o cualquier otro de sus principios operativos”.
Asimismo, Alakbarov manifestó que si fuera necesario, la ONU estaría dispuesta a discutir las preocupaciones de los talibanes con respecto al uso de velo o hiyab, insistiendo en que eso no impide que las mujeres trabajen, vayan a la escuela o participen en la vida pública.