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La prohibición de que las mujeres trabajen golpeará a los más vulnerables en Afganistán, advierte la comunidad humanitaria
Más de 28 millones de personas necesitan asistencia para sobrevivir una amenaza de hambruna y un duro invierno; sin embargo, las agencias de socorro han debido suspender algunos programas de asistencia debido a la falta de personal femenino. Los organismos de asistencia de la ONU y sus socios urgen a revocar la restricción.
Los responsables de doce agencias de la ONU y de ocho organizaciones no gubernamentales (ONG) internacionales publicaron este jueves una declaración conjunta en la que advierten que la prohibición de las autoridades de facto de Afganistán de que las mujeres trabajen en ONG humanitarias es un gran golpe para las comunidades vulnerables, para las mujeres, para los niños y para todo el país.
En este momento, más de 28 millones de personas necesitan asistencia para sobrevivir una amenaza de hambruna y un duro invierno. Sin embargo, las agencias de socorro han debido suspender algunos programas de asistencia debido a la falta de personal femenino.
“Prohibir a las mujeres el trabajo humanitario tiene consecuencias inmediatas que amenazan la vida de todos los afganos”, recalcaron.
Las ONG hicieron patente su compromiso de continuar su trabajo mientras evalúan mejor el alcance de la restricción, pero adelantaron que será necesario detener muchas actividades más.
Su trabajo es indispensable
Los organismos firmantes aseveraron que el personal femenino es clave en todos los aspectos de la respuesta humanitaria en Afganistán, recordando que las mujeres son maestras, expertas en nutrición, líderes de equipo, trabajadoras de salud, vacunadoras, enfermeras, doctoras y líderes de organizaciones.
Además, destacaron que las mujeres tienen acceso a poblaciones a las que sus colegas masculinos no pueden llegar, lo que las hace fundamentales para salvar vidas. “Su experiencia profesional es indispensable. Su participación en la entrega de ayuda no es negociable y debe continuar”, apuntaron.
“Instamos a las autoridades de facto a que reconsideren y revoquen ésta y todas las directivas que prohíben a las mujeres participar en las escuelas, las universidades y la vida pública. Ningún país puede darse el lujo de excluir a la mitad de su población de contribuir a la sociedad”, concluyeron.
Erosión de los derechos humanos
El administrador del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), uno de los firmantes de la petición, agregó en un comunicado separado que las prohibiciones de los talibanes a las mujeres erosionan los derechos humanos y las libertades fundamentales en Afganistán.
Achim Steiner afirmó que negar a las mujeres y las niñas sus derechos fundamentales también acelerará el retroceso de Afganistán hacia la pobreza extrema y lo mantendrá en un estado de pérdida económica y desequilibrio social que tomaría décadas revertir.
Detalló que el trabajo de las mujeres en diferentes campos, incluidos los que cuentan con el apoyo de organizaciones nacionales e internacionales, representa, cada año, más de mil millones de dólares en ingresos para los hogares de todo Afganistán. “Retirar a las mujeres de la esfera pública de la educación y los medios de subsistencia podría resultar en una pérdida inmediata y significativa para millones de afganos en hogares pobres que ya enfrentan graves dificultades”, acotó.
Al insistir en la exhortación a revocar las prohibiciones, remarcó que las mujeres “han sido la columna vertebral de las economías locales afganas a lo largo de los años y continúan brindando una red de seguridad doméstica esencial”.