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Historia
El Palacio se encuentra justo detrás del Museo Ariana, en el Parque Ariana de 46 hectáreas, uno de los parques más grandes y prestigiosos de Ginebra, con una vista excepcional del lago Lemán y del Mont Blanc. La ciudad de Ginebra puso el parque a disposición, en un primer momento, de la Sociedad de Naciones y, posteriormente, de las Naciones Unidas para sus oficinas, mientras exista la ONU. El parque era originalmente propiedad de la familia Revilliod de Rive, cuyo último descendiente, Gustave Revilliod, lo legó a la ciudad de Ginebra.
Villas
Los terrenos del Palacio de las Naciones albergan numerosas antiguas residencias privadas y villas del siglo XIX, entre las que se incluyen La Fenêtre (1820), Le Bocage (1823) y La Pelouse (1853).
Hay otros edificios históricos ubicados alrededor de la propiedad que originalmente fueron construidos o ubicados en el Parque Ariana.
Los pavos reales
No es raro ver pavos reales deambulando libremente y bailando en todo su esplendor en los jardines del Palacio. La mayoría de las aves que los visitantes pueden ver hoy en día son pavos reales donados a la ONUG en 1997 por un zoológico de Japón. Otros fueron un regalo de la Misión Permanente de la India. Los jardineros del parque se encargan de alimentar y cuidar a las aves.
Biodiversidad en el Parque Ariana
Biodiversidad en el Palacio de las Naciones
Ovejas en el parque Ariana
El zorro rojo
La garza real
Parque natural
El 9 de junio de 2009, la Oficina de las Naciones Unidas en Ginebra (ONUG) recibió el prestigioso Certificado de Reserva Natural de la organización suiza sin fines de lucro Fondation Nature & Economie .
Este conocido sello de calidad medioambiental se concede a las entidades que protegen la naturaleza y contribuyen a la diversidad biológica gestionando al menos el 30 por ciento de las zonas verdes que rodean los edificios de forma natural. Entre las numerosas iniciativas de la ONUG para optar a este certificado se encuentran, entre otras, evitar el uso de pesticidas, utilizar compost y utilizar ovejas en lugar de cortadoras de césped.
La concesión del Certificado constituye un reconocimiento al firme compromiso de la ONUG con la neutralidad climática y permite a la Oficina dar un ejemplo importante en consonancia con las prioridades del Secretario General.
Como resultado de estos esfuerzos concertados durante varios años, los visitantes pueden disfrutar de la rica biodiversidad de este parque de 46 hectáreas, con majestuosos árboles de más de 100 años. En el parque se pueden encontrar más de 800 especies, de las que se han identificado hasta ahora 600. En 120 de los árboles de las zonas más frecuentadas por los visitantes se han colocado placas que indican el país de origen, los nombres latinos y comunes y la especie. Un equipo de cinco jardineros se encarga del mantenimiento del parque y sus avenidas y de la plantación de los parterres.
Se espera que el mantenimiento del Parque Ariana de manera natural inspire y aliente a los miembros del personal y a todos los que vienen a visitar el Parque a aplicar los mismos principios en sus actividades y, de ese modo, proporcione un mayor impulso para unas Naciones Unidas más ecológicas en nuestros esfuerzos colectivos para combatir el cambio climático.
Monumentos
Los terrenos del Palacio de las Naciones albergan numerosos monumentos importantes que fueron obsequios de Estados miembros, patrocinadores privados y artistas.
Los monumentos más conocidos incluyen:
Gustave Revilliod, nacido en 1817, fue el último descendiente de una familia francesa adinerada que se instaló en Ginebra en el siglo XVI. Pasó gran parte de su vida viajando por el mundo coleccionando arte, que albergó en el Museo Ariana. Fue el fundador del museo y lo bautizó con el nombre de su madre.
Falleció en Egipto en 1890. Como sentía un afecto especial por Ginebra, pidió que su lugar de descanso final fuera una tumba sin nombre en un bosque de robles de su propiedad, el parque Ariana. En su testamento, legó el extenso parque a la ciudad de Ginebra . Años más tarde, la ciudad permitió que la Sociedad de Naciones y luego las Naciones Unidas construyeran sus oficinas en el terreno y fueran los cuidadores del parque.
Hasta el día de hoy, escondido dentro de un seto de tejo común, al pie de un roble, detrás de la Biblioteca de las Naciones Unidas en Ginebra, descansa el sarcófago de Gustave Revilliod.
En algún lugar de las montañas, a lo largo de la frontera entre los cantones de Friburgo y Vaud, en lo profundo del Parque Natural Regional de Gruyère Pays-d'Enhaut, un hombre suizo talló y pintó adornos florales en la fachada de madera de su casa de montaña. Los colores verde, azul y amarillo habrían complementado las flores alpinas de temporada y el césped natural que crecía a su alrededor. Estos fueron los humildes comienzos de este chalet de 400 años de antigüedad que ahora forma parte del campus de la ONU en Ginebra, enclavado en un discreto rincón del parque Ariana.
El chalet del siglo XVII fue construido en Montbovon en 1668 y transportado a Ginebra más de 200 años después para la Exposición Nacional Suiza de 1896. Se exhibió como parte de la reproducción de un pueblo típico suizo. Cuando terminó la exposición, la Fundación Gustave Revilliod compró el chalet por unos 50 francos suizos en una subasta y lo trasladó al Parque Ariana. El interior revela inscripciones escritas en el dialecto franco-provenzal del siglo XIX. Sobre las ventanas y en las paredes hay palabras y símbolos que alientan la amabilidad y la humildad, posiblemente presagiando la futura ubicación del chalet en los terrenos del principal promotor mundial de la paz, los derechos y el bienestar. Al subir la oscura escalera del interior, los visitantes encontrarán los restos de una estufa que mantenía calientes a sus habitantes en una fría noche alpina. El chalet está vacío, excepto por su balcón, bellamente decorado con flores brillantes y vivaces, mantenidas frescas por los jardineros del parque.
Jardín francés
El jardín francés tiene ambiciones tanto estéticas como simbólicas. Los jardines demuestran lo que puede ser un triunfo del orden y la cultura sobre el desorden natural.
Los jardines franceses se caracterizan por una perspectiva abierta, manteniendo al mismo tiempo un estilo arquitectónico compuesto por terrazas elevadas, arboledas dispuestas simétricamente, césped bien cuidado y parterres. Construidos en un diseño unificado, se ha puesto gran atención en los materiales y plantas utilizados, la colocación y el estilo de las esculturas y fuentes.
Los jardines franceses fueron muy populares en el siglo XVI con la construcción de los jardines del Palacio de Versalles y de Vaur-le-Vicomte (Francia) por el famoso paisajista André Le Notre.
Historia
La “Esfera Celestial” es una gran escultura de metal situada en el Palacio de las Naciones, en la Plaza de Honor, que se puede ver fácilmente tanto desde la cafetería de la ONU como desde la Sala de Asambleas, en el piso superior, desde la Salle des pas perdus. La Esfera Celestial se instaló en 1939 para conmemorar el 20º aniversario de la fundación de la Sociedad de Naciones y para honrar el liderazgo del presidente estadounidense Woodrow Wilson (1856-1924), que recibió el Premio Nobel de la Paz en 1919 por su papel en el establecimiento de la Sociedad. El nombre completo de la escultura es “Esfera Celestial – Monumento a Woodrow Wilson”.
La esfera celestial es la obra maestra de Paul H. Manship (1885-1966), un escultor estadounidense asociado con el estilo Art Déco. Manship realizó la obra en Estados Unidos con componentes de yeso que luego se enviaron a la fundición Bruno Bearzi en Florencia, Italia, donde se fundió y ensambló la escultura.
El Palacio de las Naciones se empezó a construir en 1929 y se terminó en 1938. Bruno Bearzi y dos trabajadores vinieron de Italia para instalar la esfera celeste. La tarea duró aproximadamente una semana, comenzó el 30 de agosto de 1939 y se completó el 7 de septiembre de 1939. Por supuesto, durante esa semana, el 1 de septiembre de 1939, Alemania invadió Polonia, un evento que incluso los contemporáneos reconocieron como el comienzo de la Segunda Guerra Mundial. Bearzi y sus colegas completaron su trabajo antes de regresar a Italia para la guerra que se avecinaba.
Simbolismo
La “Esfera Celestial”, tal como la concibió el escultor, ha sido durante mucho tiempo un símbolo de cooperación internacional y de la búsqueda de la paz mundial. Hoy en día es uno de los símbolos más fácilmente reconocibles de las Naciones Unidas y de la Ginebra internacional.
La esfera celestial tiene la forma antigua de una esfera armilar, reconocida desde hace mucho tiempo en muchas culturas y tradiciones. Representa los cielos tal como se ven desde la Tierra, con las constelaciones presentadas como representaciones de bronce fundido de figuras de la mitología clásica. La esfera celestial fue diseñada para girar sobre un eje situado en Polaris, la "estrella del norte", de modo que el movimiento de las estrellas a medida que gira la escultura duplica el movimiento de las estrellas en el cielo cuando gira la Tierra.
La restauración de la esfera celeste como obra de arte histórica armoniza con la misión de las Naciones Unidas y con la motivación que subyace a la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible: trabajar por la paz, los derechos y el bienestar. El preámbulo de la Carta de las Naciones Unidas identifica como su primer objetivo “preservar a las generaciones venideras del flagelo de la guerra”. La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible es el plan práctico para llevar a cabo muchas tareas que, en conjunto, contribuirán a la realización de un mundo pacífico.
Toda obra de arte seria está abierta a muchas interpretaciones. Al utilizar un tema celestial para un monumento a Woodrow Wilson en la sede de la Sociedad de Naciones, seguramente Manship nos estaba invitando a todos a mirar las estrellas y aspirar a la paz mundial. La paz mundial no se puede lograr simplemente en 1919 con la creación de la Sociedad de Naciones o en 1945 con la creación de las Naciones Unidas. Es algo por lo que la humanidad debe trabajar todos los días. La esfera celestial es un símbolo que deben adoptar todos los que trabajan para la ONU o para la Ginebra internacional y todos los que en todo el mundo esperan el éxito de la ONU. Tal vez como símbolo y como obra de arte transmita ideas que están más allá de la expresión en palabras.
Restauración
La restauración de la “Esfera Celestial” es posible gracias a la generosidad de un donante privado. Las normas establecidas por la Asamblea General impiden a la ONU utilizar sus fondos generales para adquirir obras de arte o repararlas. A lo largo de los años se han recaudado fondos para reparaciones limitadas; este será el primer programa de conservación completo de la Esfera Celestial en sus casi 80 años de existencia.
El proyecto de restauración de la Esfera Celestial es complejo. Se han completado las evaluaciones de ingeniería y conservación de las obras de arte. El proyecto abarca no solo la conservación de la escultura en sí, sino también la restauración del estanque reflectante, la instalación de iluminación y el rediseño del paisaje que rodea la escultura. Mucha gente sabe que la Esfera Celestial giraba cuando se instaló por primera vez. El mecanismo giratorio estuvo inactivo durante la Segunda Guerra Mundial y nunca volvió a funcionar bien. Se desactivó hace décadas. El proyecto actual pretende restaurar la capacidad de rotación de la escultura.
La restauración incluirá la limpieza y el dorado de las 64 estatuillas de bronce fundido de figuras míticas que representan constelaciones que adornaban originalmente la escultura. La Esfera Celestial originalmente contaba con 810 estrellas plateadas ubicadas en la escultura con precisión astronómica por el artista. Muchas de estas estrellas se han perdido con el tiempo y todas las que quedan están deslustradas hasta quedar negras. En el marco del proyecto, se reemplazarán las estrellas que faltan y se restaurará el color plateado de todas ellas. El objetivo estético del proyecto es restaurar la Esfera Celestial a la apariencia que tenía cuando se instaló por primera vez. Una vez restaurada, la escultura brillará y resplandecerá de una manera que no se ha visto en muchos años.
Además, se reestructurará el Patio de Honor, lo que hará que el terreno que rodea la esfera celeste y su estanque reflectante se eleve aproximadamente un metro. Esta representación de la esfera celeste se inspira en ideas paisajísticas propuestas originalmente por el artista en 1939.
La Esfera Celestial será desmontada como parte del proyecto de restauración y la escultura estará ausente de la Corte de Honor durante varios meses.
La conquista del espacio (1971)
Por Barsh, Kolchin, Faidish y Youri Neroda. Donación de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas.
El monumento de 85 pies de altura diseñado por el arquitecto Alexander Koltchin y el escultor Yuri Neroda, consiste en un eje arqueado, revestido de titanio, junto a la figura de un astronauta que se extiende hacia el cielo y saluda las aventuras del hombre en el espacio.
Donado oficialmente por Yekaterina Furtseva, ministra de Cultura soviética, el 20 de julio de 1971, el monumento se encuentra en el Parque Ariana.
Esta escultura está basada en el Monumento a los Conquistadores del Espacio, un monumento de 350 pies instalado en Moscú el 4 de octubre de 1964, el día del séptimo aniversario del lanzamiento del Sputnik 1.
El gran centauro (1997)
por Ernst Neizvestny, donación de la Federación Rusa.
La escultura de Ernst Neizvestny "El Centauro que señala" fue creada en 1989. Esta figura, de tamaño ampliado y llamada "El Gran Centauro", fue donada a la sede de la ONU en Ginebra. La estatua está instalada detrás del Bar de la Serpiente en el Parque Ariana.
Ginebra es considerada una ciudad especial para Ernst Neizvestny, ya que fue su primer hogar permanente en el exilio. El escultor mantuvo un sentimiento de gratitud hacia la ciudad y la escultura fue su forma de rendir homenaje por la cálida bienvenida.
En "El gran centauro" se representa a un hombre que emerge de una masa informe que se parece tanto al cuerpo de un caballo como a estructuras abstractas. La imagen de un hombre respira sed de libertad, energía irreprimible. La mano levantada y la mirada decidida expresan el deseo de avanzar y ascender, hacia una meta elevada. Neizvestny demostró su capacidad para conectar lo inconexo: la naturaleza viva e inanimada, la vida y la muerte, el bien y el mal. Esta síntesis de elementos heterogéneos se representa mediante la deformación de partes individuales del cuerpo humano, su sustitución por partes animales o artificiales.
FAMILIA (1979)
por Edwina Sandys
La familia, dedicada a la infancia y la crianza de los hijos, es una de las tres esculturas de Sandy que se instalarán en las oficinas de la ONU, incluidas Nueva York, Ginebra y Viena. La familia fue creada en conmemoración del Año Internacional del Niño de la ONU de 1979 y fue un obsequio de Harry y Bridget Oppenheimer a la ONU.
Aunque no es muy conocida, Edwina Sandys es la nieta del difunto Primer Ministro de Gran Bretaña, Winston Churchill.
LA DISPERSIÓN DE SEMILLAS, LA RECOGIDA DE CENIZAS
Por Esther Shalev-Gerz y Jochen Gerz (1995)
En 1995, con motivo del 50º aniversario de las Naciones Unidas, el gobierno alemán encargó a Esther Shalev-Gerz y Jochen Gerz la creación de una escultura para el Parque de las Naciones Unidas en Ginebra. Shalev-Gerz propuso La dispersión de las semillas, la recolección de las cenizas , que consta de dos mástiles que recuerdan a los mástiles desde los que ondean las banderas emblemáticas. La escultura, de gran altura, se instaló por encima de algunos de los árboles cercanos en el parque Ariana.
En la cúspide de una de las columnas hay una plataforma singular y una plataforma doble en la otra: una representa el papel de la distribución para nuevos comienzos y la otra la necesidad de ensamblar historias. Como árboles inmóviles en medio de un paisaje en constante cambio, The Dispersal of Seeds, The Collection of Ashes reconoce la fundación de las Naciones Unidas como una agencia responsable de la defensa y la vigilancia de la justicia y la dignidad internacionales. Al mismo tiempo, la escultura sugiere el requisito previo para el recuerdo continuo de los actos perpetrados y sufridos por las naciones en el mismo siglo en el que se estableció las Naciones Unidas. En 1996 se instaló una escultura equivalente en Marl, Alemania.
La torre de la soledad (1995)
de Per Kirkeby (Dinamarca). Donación del artista.
Memorial (2003)
El cartel dice: "Recordemos aquí a aquellos que dieron su vida por la paz".
El 24 de octubre de 2003, en el Palacio de las Naciones, como parte de la conmemoración del Día de las Naciones Unidas, se celebró una ceremonia para inaugurar un monumento en memoria de los funcionarios de las Naciones Unidas fallecidos al servicio de la paz.
El monumento está dedicado a la memoria de todos los colegas que han fallecido trabajando para la Organización y es un homenaje a sus logros y sacrificios al servicio de la familia humana. Se trata de un homenaje colectivo y único que ha sido posible gracias a las contribuciones del Secretario General de las Naciones Unidas, los programas y fondos de las Naciones Unidas, los organismos especializados, así como las asociaciones del personal y los funcionarios individuales, en un espíritu de solidaridad y respeto.
Cada día, miles de turistas se reúnen en Ginebra en la Place des Nations, cerca de la Puerta de las Naciones, y apuntan con sus cámaras hacia las majestuosas filas de banderas de los 193 Estados Miembros y 2 Estados Observadores que se extienden hacia el Palacio de las Naciones. Al final de la Allée des Drapeaux, bajo el emblema de las Naciones Unidas, se encuentra la oficina que sirve de telón de fondo para esta icónica foto. En ese edificio se encuentra un equipo de personal que trabaja arduamente. Las Naciones Unidas tienen una de las fuerzas laborales más diversas del mundo. Más de 3.000 funcionarios de la Secretaría de las Naciones Unidas en Ginebra, de una amplia gama de antecedentes profesionales y con 171 nacionalidades, brindan un apoyo esencial a la comunidad internacional todos los días.
Renacimiento (2015)
de Michelangelo Pistoletto y donado por Cittadellarte – Fondazione Pistoletto a través de la República de Italia.
La escultura está formada por 193 piedras diferentes. Mide 42 metros de largo y 20 metros de ancho. Cada piedra lleva grabado el nombre de un Estado miembro de la ONU. Pesa aproximadamente 350 kg, mide unos 45 cm por 45 cm y tiene una forma irregular. El símbolo, ideado por el artista italiano Michelangelo Pistoletto, proviene de una reconfiguración del símbolo matemático del infinito y representa el "renacimiento" de la sociedad: un mundo nuevo, donde la "comunidad humana" está unida, se fomenta el diálogo entre los opuestos y se logra el equilibrio y la armonía.
El símbolo del Renacimiento encarna el propósito y la misión de las Naciones Unidas: encontrar el equilibrio entre las ideas divergentes, crear armonía a través del diálogo, respetar y aprovechar la diversidad, brindar inspiración y promover el desarrollo inclusivo y sostenible. El símbolo está formado por tres círculos: los dos círculos opuestos representan el mundo de la naturaleza y el mundo de la tecnología; el círculo del medio es la conjunción de los dos y representa la “matriz generadora de un nuevo mundo”, el “tercer paraíso” o el “renacimiento”. En este nuevo mundo, la tecnología y la naturaleza se encuentran en armonía y los seres humanos trabajan juntos para superar las diferencias, encontrar el desarrollo sostenible, crear diálogo y promover la paz.
La escultura fue presentada el 24 de octubre de 2015, con motivo del 70º aniversario de la ONU, celebrado durante la Jornada de Puertas Abiertas organizada por la ONUG en el Palacio de las Naciones.
ANGEL DE LA PAZ (2015)
por Pepo Toledo en el Palacio de las Naciones, ONU, Ginebra
Pepo Toledo inauguró su escultura Ángel de la Paz en el Palacio de las Naciones el 9 de noviembre de 2015. La ceremonia se realizó con motivo del 20 aniversario de los Acuerdos de Paz en Guatemala y en coordinación con la Semana de la Paz en Ginebra.
PENSAMIENTOS Y DESEOS (2017)
por Ali Ibadullayev y Salhab Mammadov
Esta escultura fue donada por la República de Azerbaiyán para celebrar el 25º aniversario de su membresía en las Naciones Unidas el 3 de octubre de 2017.
Qvevri (2016)
El buque, un regalo de Georgia para conmemorar el 70º aniversario de la organización, permanecerá permanentemente en el patio de la oficina de la ONU con un cartel que ofrecerá a los espectadores información sobre su historia y propósito.
Un qvevri es un recipiente grande parecido a una ánfora de arcilla que tradicionalmente se entierra en el suelo hasta el cuello, en el que se fermenta y almacena el vino en las regiones de Georgia, pero especialmente en Kakheti, al este de Georgia.
La elaboración del vino Qvevri es una antigua tradición georgiana que se ha transmitido de generación en generación y que aún hoy sigue estando muy extendida en todo el país.
En 2013, el método tradicional único de Georgia de fermentar vino en qvevri fue registrado en lalista del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) .
El qvevri, ubicado en la oficina de Ginebra, se fabricó en uno de los pueblos alfareros más famosos de Georgia, Makatubani.
Escultura de NICOLAE TITULESCU (1882-1941)
Ministro de Asuntos Exteriores de Rumania (1927-1928; 1932-1936)
Presidente de la Asamblea de la Sociedad de Naciones (1930; 1931)
Presidente de la Academia Diplomática Internacional de París (1934)